En su arrobamiento no había reparado en el indio, que, silencioso, y cruzado de brazos, la contemplara a unos cuantos pasos de ella.
Su belleza excedía a todo cuanto yo había supuesto, pero algo me desconcertó, sin que pudiera explicarme exactamente qué era. Mis sentimientos mostraron menos arrobamiento, pero más profundo entusiasmo.
El tumulto de la gente que se retiraba, concluida la fiesta desvaneció mi estático arrobamiento; pero aquella que lo produjera había desaparecido, sin que me fuera dado divisarle, a pesar de que, apostado en el atrio del templo, mis miradas abarcaban, en toda su prolongada extensión, las tres calles que desde allí se descubren.
Y ahora, procure el lector formarse una idea de mi asombro, de mi fantástico asombro, de mi delirante arrebato del alma, cuando luego de mirar furtivamente en rededor, dejó ella que sus ojos resplandecientes se posaran en los míos, y con una sonrisa que descubría las blancas perlas de sus dientes, hizo dos claros aunque leves movimientos afirmativos con la cabeza. No vale la pena que insista acerca de mi dicha, de mi arrobamiento.
Habrña en sus obras todo lo que las reglas previenen, todo cuanto los autores aconsejan, pero si le falta el alma, la inspiración, el sentimiento más puro y delicado, no arrancará una lágrima, ni un suspiro de
arrobamiento y se conformará con esta única recompensa: el frío aplauso de los doctos.
Antonio Plaza
Dulcísimo arrobamiento sus potencias embargando, fué poco a poco ocupando su trémulo corazón, hasta que el santo deliquio cambiando su esencia impura, niveló a la criatura con la celestial visión.
Y deslumbrados y atónitos los ojos del sevillano, su mente aspirando en vano tal riqueza a comprender: seguía absorto y hundido en mágico arrobamiento, por uno y otro aposento, los pasos del mercader.
Darío no era desagradable en figura ni en trato, antes muy atildado y cortés; procuraba siempre que no me estorbasen ni su abrigo, ni su sombrero, ni sus codos; jamás tarareaba anticipadamente los motivos de la ópera; no interrumpía ni estorbaba el placer de escuchar; prestaba con oportunidad unos magníficos gemelos acromatizados y oía con deferencia mis observaciones técnicas. Aunque juraba delirar por la música, yo no sorprendía nunca en él expresión de entusiasmo ni de
arrobamiento.
Emilia Pardo Bazán
Mirábale Federico, y absorto de cuanto veía su éxtasis no comprendía ni su extraña agitación: mas al ver su arrobamiento ante la bella escultura, la fe de pasión tan pura respetó su corazón.
¡Qué agobio de rincones explorados, controles deshilados sin encontrar canal exacto, siempre arrendados en sus leves tactos que usurparon el loco
arrobamiento convencido de ser propio lo que era usufructuado!
Antonio Domínguez Hidalgo
Véase el Evangelio de Mateo, 26, 27: «Bebed de él todos, que ésta es mi sangre.» De su cuerpo y de esta tierra se imaginaron ahora estar arrebatados, estos ingratos. Sin embargo, ¿a quién debían la convulsión y la delicia de su arrobamiento?
¡Qué sencillo es esto! No necesita decir nada, tan perfecto es su
arrobamiento. Aunque nada de improbable tendría que se hubiera vuelto loco pensando en la colegiala bajo los árboles que gotean humedad.
Roberto Arlt