Guardó tu honor, bien está, Pero por darte la honra Te robó la libertad. Ciñó á tu cuello una toca Que fué para tí un dogal, Que en vez de ahogar tus pasiones Te las hizo acariciar.
No podía olvidar que a mi madre le había parecido sentirla acariciar suavemente sus cabellos, y aunque aquello podía ser una idea sin ningún fundamento, yo me hacía un bonito cuadro del instante en que mi terrible tía se había conmovido ante aquella belleza infantil que yo recordaba tan bien y que me era tan querida, y aquel pequeño episodio aclaraba dulcemente todo el cuadro.
Entonces él se sentó en una silla y se puso de nuevo a acariciar mis nalgas, cuya contemplación, al parecer, lo extasiaba; en una ocasión las apartó y sentí que su lengua penetraba profundamente, para verificar, dijo, de una manera incontestable si era verdad que la gallina tenía ganas de poner; utilizo sus mismas palabras.
Por bien que lo tengo considerado en otros, me sucedió en mi prisión, pues habiendo, o por
acariciar mi sentimiento o por hacer lisonja a mi melancolía, leído aquellos versos que Lucrecio escribió con tan animosas palabras, me vencí de la imaginación, y debajo del peso de tan ponderadas palabras y razones me dejé caer tan postrado con el dolor del desengaño que leí, que ni sé si me desmayé advertido o escandalizado.
Francisco de Quevedo
¡Muerte feliz, entre la paz del cielo Y el beso de los mares! Cuando vengan A
acariciar la conocida playa, De barca y pescador traerán los restos En el cendal de su tejida espuma.
Marcelino Menéndez y Pelayo
Mistress Mackleham quedó tan sorprendida de la generosidad de estas palabras (que no había previsto ni provocado), que no pudo más que decir al doctor que no esperaba menos y que se lo agradecía muhcísimo; y repitió muchas veces su gesto favorito besando la punta del abanico antes de acariciar con él la mano de su sublime amigo.
Me parecía que la veía coger con amor a Dora en sus brazos para besarla tiernamente; me parecía que me reprochaba tácitamente con su generosa protección el haberme apresurado demasiado a turbar su corazoncito; me parecía que veía a Dora, con toda su gracia ingenua, acariciar a Agnes, darle las gracias y apelar dulcemente a su justicia para hacerse una auxiliar contra mí sin dejar de amarme con toda la fuerza de su inocencia infantil.
Ahora que había llegado a ser repentinamente sensato en cuanto a la fatuidad de las esperanzas que había comenzado a acariciar, sufría no meramente lo que sufriría otro enamorado, sino además una desconsolada soledad, una absoluta y triste soledad, como ningún otro enamorado, no importa cuán infeliz, pudiera haber sentido.
Finge acariciar a la prostituta que lo masturba, ella no desconfía; pero en el instante de su eyaculación le coge la cabeza y la golpea con fuerza contra la pared.
No quise interrumpirte hasta que hicieras una pausa, pero, ya que ahora la has hecho, ruego que nos aclares dos o tres puntos esenciales de esta última juerga: cuando celebrasteis las orgías después de los encuentros por parejas, el abad, que hasta entonces sólo había acariciado a su bardaje, ¿fue infiel a éste y os manoseó? ¿Y los otros, fueron infieles a su mujer para acariciar al jovenzuelo?
Pero ¡oh, dolor!, pasó un mes y la niña no sabía más que
acariciar a Medoro, cantarle una aria, ir al teatro y bailar una mazurca; y Medoro no sabía más que disputar.
Mariano José de Larra
¡Cómo tocar sus sienes... si están cubiertas de paja! ¡Cómo
acariciar su carne.. si me despojan de su alma! ¡Cómo apaciguar sus iras...
Antonio Domínguez Hidalgo