Diole en mitad del cogote, y de él tuvo noticia por el golpe y por la clara y la yema que comenzaron a escurrirse por su espinazo, entre piel y camisa.
Y sin esperar a que nadie le contestara, comenzó a batir con la
yema de los dedos y los nudillos, alternativamente, el fondo de un tambor que en forma de florero soportaba bajo el sobaco.
Roberto Arlt
Tenía una inquisición en cada
yema de los dedos de las manos; era un Argos para perseguir el vicio de los miserables, para distinguir las verdaderas necesidades de las falsas; no daba un cacho de pan sin formar a su modo un expediente.
Leopoldo Alas
del Retiro por la plana primera del papel impreso, que olía así como a petróleo; dio la vuelta a la hoja con desdén, miró todas las columnas de la segunda plana de arriba a abajo, y al llegar a la tercera, respiró satisfecho; me miró a mí casi sonriendo, dobló otra vez el periódico a su modo y se abismó en la lectura de aquellas letras borrosas, que apestaban. Por cada bocado de pan mojado en la yema de huevo leía media plana.
Más alta que Dios subí, y en el cielo y en la tierra, nadie se encuentra sin mí. Soy clara y espero yema. Iba yo por un camino y sin querer me la hallé, me puse a buscarla y no la encontré; y como no la hallé, me la llevé.
Se apretaba la frente entre la
yema de los dedos, y la carne de su mano le parecía extraña y no reconocía la carne de su frente, como si estuviera fabricado su cuerpo de dos substancias distintas.
Roberto Arlt
2 Pajarito, delicias de mi niña, con el que jugar, que en el seno tener, al que la yema del dedo dar, que la apetece, y suele incitar a acres mordiscos, cuando por la nostalgia mía esforzada, a un amado no sé qué gusta de jugar, y consuelito de su dolor, creo que para que entonces su grave ardor se aquiete: contigo jugar, como tú misma, pudiera yo, y los tristes cuidados de mi ánimo aliviar.
Para introducir nitroglicerina en un presidio, tómese un huevo, sáquese la clara y la
yema y por medio de una jeringa se le inyecta el explosivo.
Roberto Arlt
Hipólita le hizo espacio, y junto a la intrusa, Erdosain no pudo contener la fuerza que levantaba sus manos, y con la
yema de los dedos le acarició la frente.
Roberto Arlt
Él se había propuesto ser galante conmigo, y desde la sopa empezó a ofrecerme con los dedos, yemas y almendras de las que contenía un plato montado puesto frente a nosotros. Una
yema me la dio con el cocido; otra, con el frito; otra, con las perdices.
Emilia Pardo Bazán
En horqueta abrió la
yema de los dedos sobre sus mostachos de foca, y frunciendo el ceño quedóse contemplando un baúl en el rincón.
Roberto Arlt
Paréceme que asisto aún a la mañana de Pascua, en que el alegre repique de los campanarios y el encuentro de la Virgen con su Divino Hijo, así como devolvían la paz al corazón lacerado, anunciaban que la yema iba a dar el brote, la larva el insecto, la semilla el tallo, y el capullo la flor.