Otra vez se le quería seducir, otra vez su timidez, su horror al libertinaje y al escándalo eran incentivo para una pasión vergonzante.
El varón sin tacha le arresta al bebedor diptongos de alerta; le endereza por la cintura, le equilibra, le increpa sus heces vergonzante.
Mas nada de eso existía. Y lo peor era que los niños del futuro, sólo se informarían de ello como algo muy lejano, casi ajeno; y hasta vergonzante.
El llamado desarrollo estabilizador, cumplida su importante etapa, no daba más de sí. Denunciarlo y criticarlo, sin superarlo, era actitud vergonzante.
Amáis a ese individuo
vergonzante que reclama preeminencia sobre vosotras y que os impone un yugo doblemente ominoso, porque trae el peso abrumador de una ignominia inmensa ...
Práxedis G. Guerrero
e) Reintegro a su trabajo de inmediato de los 38 obreros de SUMAR y de los Supervisores del Cobre despedidos. f) Poner fin a la indigna, ilegal y vergonzante persecución a extranjeros residentes o nacionalizados.
Era un magnífico paraguas, cuyo origen británico no podía ponerse en duda, y que tenía ese aspecto confortable que caracteriza a los productos de la industria inglesa; y lo elegante del puño, lo rico de la seda, lo recio y bien modelado de las bellotas que, pendientes de un cordón, decoraban el mango, producían una impresión de lujo. Lo que rodeaba, en cambio, transcendía a pobreza
vergonzante.
Emilia Pardo Bazán
Aquí entraba el remordimiento, que ahora lo era, y antes, al pasar por ello, había sido desencanto glacial, amargura íntima,
vergonzante...
Leopoldo Alas
No se puede en las primeras páginas de los periódicos exigir al Gobierno lucha contra la trata de personas y luego, en las páginas comerciales, poner los avisos donde se vehiculiza la más formidable y vergonzante, no solamente trata de personas, sino digo también, humillación a la condición femenina, porque también la discriminación es crear estereotipos de la condición femenina como objetos de consumo únicamente.
Son tristes y desconsoladores estos movimientos de la juventud, que de ser imitados nos llevarían a una franca y vergonzante dictadura.
Por eso cualquier constipadito
vergonzante produce en ellos una pulmonía de capa de coro y gorra de cuartel, o una tisis tuberculosa de padre y muy señor mío.
Ricardo Palma
Pero a lo mejor, en el cerebro de aquel místico vergonzante, místico activo y alegre, estallaba, como una estúpida frase hecha, esta duda, esta pregunta del materialismo lógico de su ciencia de analista empírico: «¿Y si no hay Dios?