¿de quién será esta hebra de pelo?"."— La conozco, contestaba de fijo un comensal, es de la hija de la cocinera, que es una muchacha muy guapa".— "¿De
veras?
Ricardo Palma
¡Supongo que ahora recibiré el castigo y moriré ahogada en mis propias lágrimas! ¡Será de veras una cosa extraña! Pero todo es extraño hoy.
Y Matita de Poleo salió de casa de Toneles, que se quedó murmurando con aire satisfecho: -Me paéce a mí que lo que es ahora va de veras y que no tiée este gachó ni pa desayunarse con Curra la Mayorala.
Si el historiador de mañana es además de veras comprensivo y dotado de la capacidad suficiente para no dejarse influir por la verdad formal de los documentos oficiales (válvulas de escape o puentes de plata de mucho uso útil)...
Ni basta según mi corta inteligencia el suponer y decir, que ya el rey Nuestro Señor y los ingleses han instado con eficacia por la conservación de nuestras Leyes y Privilegios, y que últimamente han repetidos a este mismo fin con grandes veras sus instancias y oficios, los comisarios ingleses y los condes y Königseck.
Quise de veras, adoré a Susiche mujer, sin dejar de adorar a Susiche, ‘’alma’’, a Susiche genuflexa, fervorosa, la de las manos finas alzadas en respetuosa veneración hacia mi frente creadora; la devota de mi pluma, doblada ya de una mujer apetecida, fue mi inspiración integral.
- ¡Concibiendo que un vivo pueda adivinar o representar su muerte! Además, vosotros sabéis que profesar "de
veras" en ciertas Órdenes religiosas es morir.
Pedro Antonio de Alarcón
Fue en busca del compañero de Juan y le prometió toda la recaudación de la velada siguiente si se avenía a untarle aunque sólo fuesen cuatro o cinco muñecos; pero el otro le dijo que por toda recompensa sólo quería el gran sable que llevaba al cinto; cuando lo tuvo, aplicó el ungüento a seis figuras, las cuales empezaron a bailar enseguida, con tanta gracia, que las muchachas de
veras que lo vieron las acompañaron en la danza.
Hans Christian Andersen
¡Pero no hay que esperar compasión en este mundo! Mi vida ha sido de
veras accidentada e interesante; mas, ¿de qué sirve todo eso si nadie la conoce?
Hans Christian Andersen
Si no me gusta, me quedaré aquí abajo hasta que sea alguien distinto...» Pero, Dios mío - exclamó Alicia, hecha un mar de lágrimas-, ¡cómo me gustaría que asomaran de veras sus cabezas por el pozo!
Te perjudica cierta mala hablilla en la que de ti se cuenta que bajo el valle de tus sobacos un bravo cabrío habita. Él da miedo a todas, y no es admirable: pues mala de veras es una bestia, y no con que una bonita chica se acueste.
- gritó de nuevo Alicia, porque esta vez al Ratón se le habían puesto todos los pelos de punta y tenía que estar enfadado de veras- .No hablaremos más de Dina, si usted no quiere.