En vez de soltar el zaino, lo ató a la soga y le dio pasto, y desde el día siguiente, empezó a enseñarle a comer grano, cosa que ignoraban por completo, hasta entonces, todos sus caballos, y a hacerlo varear a la madrugada por Braulito.
Uno se quiso hacer el vivo, y sólo la trató como a mujer deseable, por lo bonita; quizás en otro tiempo, hubiera salido bien, pero en aquella ocasión, era esto varear en cancha sin orear; y resbaló el parejero.
Dolores no había nacido para vivir y morir entre jarales, para tener que ir por leña al monte, para amasar el pan todos los días, para lavar en los arroyos, para varear los olivos, para en las vendimias pasarse el día cuesta arriba y cuesta abajo con el cuévano a la cabeza.
-Es mi socio -dice Fulánez, con una guiñada; y como gana o pierde la carrera, según queda arreglado de antemano con el compositor, éste ya pasa de socio, y fácilmente se comprende que nadie le va a mezquinar un atado de cigarrillos, de los buenos, o un vaso de vino. Es cierto que también tiene que varear al parejero, a horas fijas, especialmente en la madrugada, y con tino.