El General, que mandaba el cuadro, y que tanto me conocía por mi comportamiento de la
víspera, me preguntó: --Pues qué, ¿es músico?
Pedro Antonio de Alarcón
Esto ocurre en 1822, en 1823, en 1824 y ¿cómo se vuelven a encontrar juntos, nuevamente juntos y más que nunca unidos en 1825? ¿Qué poderosa y desconocida fuerza ha traído al mismo campo a los que sólo guardaban rencores de la víspera?
En la víspera de Navidad, durante mi terrible experiencia personal del bombardeo renovada de Vietnam del Norte, que después de 12 años de guerra, finalmente, ayudó a traer a América la paz con honor, me senté justo antes de la medianoche.
Pero así como el soltero que fue siempre juicioso cree de su deber, la
víspera de sus bodas, despedirse de la vida libre con una noche de orgía en compañía de sus amigos, de igual modo Benincasa quiso honrar su vida aceitada con dos o tres choques de vida intensa.
Horacio Quiroga
ócrates: Habiendo llegado la víspera de la llegada del ejército de Potidea, tuve singular placer, después de tan larga ausencia, en volver a ver los sitios que habitualmente frecuentaba.
Aquel día nos reunimos más temprano que de costumbre porque al separarnos de él la víspera por la noche, supimos que el barco había vuelto de Delos y convinimos que nos encontraríamos al día siguiente en el mismo sitio, lo más de madrugada que pudiéramos.
Abotagado por los licores y comistrajos de la
víspera, y extenuado por las ofrendas en aras de la Venus pacotillera, se pasó Luzbel ocho días sin moverse de la cama, fumando cigarrillos de la fábrica de Cuna libre y contando las vigas del techo.
Ricardo Palma
La teoría empieza cuando el sacerdote de Apolo corona la popa de la embarcación y, como te digo, esto ocurrió precisamente la víspera del juicio de Sócrates.
NTREGA, PLEITO HOMENAJE Y PROCESIÓN DEL REAL ESTANDARTE EN LA VÍSPERA DE LA FIESTA DEL APOSTOL SANTIAGO, PATRÓN DE ESTA CIUDAD DE GUAYAQUIL.
Su suerte sería la misma de sus compañeros..., sólo que éstos ignoraban el triste sino, y la
víspera de su degollación comerían con el mismo apetito la ración de salvado, y tragarían las duras nueces, sin protesta.
Emilia Pardo Bazán
uince días después del entierro de doña Teresa Carrillo de Albornoz, a eso de las once de una espléndida mañana del mes de las flores,
víspera o antevíspera de San Isidro, nuestro amigo el Capitán Veneno se paseaba muy de prisa por la sala principal de la casa mortuoria, apoyado en dos hermosas y desiguales muletas de ébano y plata, regalo del Marqués de los Tomillares; y, aunque el mimado convaleciente estaba allí solo, y no había nadie ni en el gabinete ni en la alcoba, hablaba de vez en cuando a media voz, con la rabia y el desabrimiento de costumbre.
Pedro Antonio de Alarcón
En los puentes, el viento azotaba bruscamente los sombreros que sus dueños disputaban al espacio con esas actitudes y contorsiones de espectáculo siempre tan penoso para el artista. Mis ideas eran pálidas y brumosas; la preocupación de una cita de negocios, convenida la víspera, me acosaba la imaginación.