-Pues volved sin compañía y encerrad a la manceba. -Ten esa lengua de víbora y no te pases en cuenta, que de rendirse a venderse hay una distancia inmensa.
También el insecto reproduce los matices del árbol que habita, y la víbora, por escapar del águila, se confunde con las ramas muertas.
Y yo, que me siento mordido por algo más doloroso y en el sitio más sensible, llámesele corazón, alma o como se quiera, yo que he sido mordido y estoy herido por los discursos de la filosofía, cuyos dardos son más acerados que el dardo de una víbora, cuando alcanzan a un alma joven y bien nacida y la hacen decir o hacer mil cosas extravagantes; viendo en derredor mío a Phaidros, Agatón, Eryximacos, Pausanias y Aristodemos, sin contar a Sócrates y a los otros, afectados como yo de la locura y la rabia de la filosofía, no cavilo en proseguir delante de vosotros el relato de aquella noche, porque sabréis excusar mis actos y a todo hombre profano y al sin cultura cerradle con triple candado los oídos.
CAPÍTULO SEGUNDO I -¿De qué me sirven el poder y la riqueza si una
víbora enroscada en el fondo de mi corazón lo devora, sin que me sea dado arrancarla de su guarida?
Gustavo Adolfo Bécquer
Las demás corredoras se separan del sitio por opuestas direcciones, y alguna brinca con los pies juntos, cual si el peligro no diera tiempo a desplegar los nutridos plumeros. Más de una víbora de la cruz.
DON LUIS (Aparte.) Si el dolor que me aflige y atormenta, víbora del corazón, ha de quitarme la75 vida y con la vida el honor, nadie se admire que tome tan ardua resolución como la que ahora emprendo; y más cuando cierto estoy que della ha de proceder mi quietud.
¡Pregúntale, pregúntale al médico quién tiene la mayor culpa de la meningitis de tus hijos: mi padre o tu pulmón picado,
víbora! Continuaron cada vez con mayor violencia, hasta que un gemido de Bertita selló instantáneamente sus bocas.
Horacio Quiroga
Quitándose de los labios la colilla, la aplicó Cristóbal a la vaporosa prenda, que empezó a arder. Y Sarito se revolvió como una
víbora.
Emilia Pardo Bazán
Al propio tiempo Heredia fijó en él sus ojos; y dando un grito y un salto como si le hubiese picado una
víbora, arrancó a correr hacia la calle de San Jerónimo.
Pedro Antonio de Alarcón
El catalanismo del excelentísimo señor don Manuel de Amat y Juniet se sintió como picado de víbora, y sin volverse hacia el impertinente comentador, contestó: — Para fachenda, holganza y truhanería, Andalucía.
Sembrador, Volcán, y las divinidades Puma, Jaguar, Víbora, Canti, Blanco Entrechocador; sus brazos se engancharon en las ramas de los árboles cuando se mostraron el sol, la luna, las estrellas; por doquiera todos se petrificaron.
Al verlo se sintió Corvalán como picado de
víbora, y desenvainando el cuchillo que traía al cinto, lanzose frenético sobre el sacerdote y le clavó diez y siete puñaladas.
Ricardo Palma