Muchos hombres gobernarás, si la razón te gobierna; de ella aprenderás que es lo que has de emprender y como, para no tropezar en las cosas.
No había nadie a mi alrededor. En la Place du Château–d'Eau, sin embargo, un borracho estuvo a punto de tropezar conmigo, y luego desapareció.
Este agua que corre a mis pies hace una blanda quejumbre al tropezar con las guijas y forma un curvo brazo de cristal que ciñe la raíz de este roble.
La más guapetona y la más rica, a juzgar por la autoridad con que trataba a las demás, subía algunas veces al andamio, sin duda para hacerme sentir de más cerca su rústica majestad, y allí permanecía, no pudiendo moverme sin
tropezar con ella.
Vicente Blasco Ibáñez
Mi último amo, al
tropezar conmigo en la entrada del mercado, dijo, comentando irónicamente mi determinación: "No enderezarás la cola de un galgo aunque la dejes veinte años metida en un cañón de fusil".
Roberto Arlt
Consiguiente á esta manía De tropezar con manera Para hacer mas duradera La vida mortal, tenia (209) Con solo un hombre amistad, Y esta amistad era un médico, Cronicon enciclopédico De su oscura facultad.
La señora Margarita imaginaba locuras como las que vienen en los sueños: suponía que ella podía caminar por la superficie del agua; pero tenía miedo que surgiera una marsopa que la hiciera tropezar; y entonces, esta vez, se hundiría, realmente.
¿En este Madrid, que sólo se puede comparar en eso con nuestra libertad, dentro de la cual no puede uno aventurarse a moverse sin
tropezar con una traba?
Mariano José de Larra
Lejos de ti ya no hay consuelo, Todo pena sera y continuo duelo- Jamas han pretendido mis amores Otra corona que el honesto lazo Y nunca en ellos puede dar un paso Sin tropezar en penas y dolores Hoy mas que nunca puro e inocente Mi fuego ardiente Hace mas pura Mi fiel ternura; Pero entre tanto ¡Duro quebranto!
— ¡Que no camine ligero el patrón! —exclamó Prince. — ¡Va a tropezar con él! —aullaron todos. En efecto, el otro, tras breve hesitación, había avanzado, pero no directamente sobre ellos como antes, sino en línea oblicua y en apariencia errónea, pero que debía llevarlo justo al encuentro de míster Jones.
Vienen de la mano, como dos muchachos. El padre viene detrás, como si fuera a
tropezar con todo. La madre no tropieza; porque conoce el camino.
José Martí
Una clase de entes no va a estas funciones: esa bandada de sentimentales que han pasado el Bidasoa, que en sus aguas, como pudieran en las del Leteo, se despojaron de todo lo español que llevaban, y volvieron a los dos meses, haciendo ascos de su antiguo puchero, buscando la calle en que vivieron, y no sabiendo cómo llamar a su padre; éstos están fuera de combate, y tienen sobrada dicha con que no les obliguen a gastar paño de Tarrasa en sus vestidos, con que los dejen desafiarse todos los días a primera sangre, tropezar...