Ulises ::Voz de Atena, la deidad que me es mas querida, que inteligible escucho tu voz, como el son de una trompeta etrusca de boca de bronce, y como se apodera de ella mi corazón, aunque tu quedes inaccesible a mis ojos; bien lo sabias: mis pies me llevan alrededor de un enemigo, Áyax, que suele armarse de escudo.
Eustaquio descendió muy pensativo la escalera con barandilla de piedra y, aunque oyó a lo lejos en el patio del palacio la trompeta de Galinette la Galine, bufón del célebre curandero Jerónimo, que llamaba a los curiosos a escuchar sus chistes y a comprar los potingues de su amo, se hizo el sordo esta vez y se dispuso a cruzar el Pont–Neuf para llegar al barrio del mercado de Les Halles.
El enviará a sus ángeles con sonora
trompeta, y reunirán de los cuatro vientos a sus elegidos, desde un extremo de los cielos hasta el otro.
La Biblia (Nuevo Testamento)
Esto conocía yo en los semblantes de cada uno y no vi que llegase el ruido de la
trompeta a oreja que se persuadiese a lo que era.
Francisco de Quevedo
dijeron algunos, Y la muchedumbre---!Muera! Cuando á la puerta del Norte Sonó aguda una trompeta. Calló asombrada la turba, Y apercibido á la guerra Seguido de cinco pajes Entró un ginete á la prueba.
Colombianos, volad a las armas, repeled, repeled la opresión. Suene ya la trompeta guerrera, y responda tronando el cañón; de la Patria seguid la divisa, que os señala el camino de honor.
De repente, y sin preludios, rasgando la bruma densa, un relincho se elevó hasta la celeste esfera, retumbando en las colinas cual la lúgubre trompeta llamando a juicio final al desquiciarse la tierra; y poco tiempo después, entre las zarzas espesas, viose aparecer un hombre hacia el fin de una calleja, avanzando a grandes pasos, que marcaba con presteza, sobre los duros morrillos, el son de su almadreñas.
Pero aquellos males que entonces deplorábamos hasta tal punto han crecido en tan breve tiempo, que otra vez Nos vemos obligados a dirigiros la palabra, como si en Nuestros oídos resonasen las del Profeta: Levanta tu voz, no te detengas; hazla resonar como la trompeta.
Dijeron la verdad, pues pocos días después el hijo del rey mandó publicar a son de trompeta que se casaría con aquella a cuyo pie se amoldase exactamente la chinela.
Como se oye la voz sonora de la
trompeta cuando vienen a cercar la ciudad enemigos que la vida quitan; tan sonora fue entonces la voz del Eácida.
Homero
Escucha.» Y se llevó a los labios una trompeta gigantesca y llena de cintas como un mirlitón, con los títulos de todos los periódicos del universo, y a través de la trompeta gritó mi nombre, que rodó así por el espacio con el ruido de cien mil truenos, y volvió a mí repercutido por el eco del planeta más lejano.
¿qué se ha de hacer? RUODI.––Encaramaos a una altura y tocad la trompeta. Resuene con estruendo en las lejanas cavernas, y despierte los ecos de las grutas de granito, convocando a los montañeses.