¡Qué pesadilla...! ¡Pero es uno de los tantos días,
trivial como todos, claro está! Luz excesiva, sombras amarillentas, calor silencioso de horno sobre la carne, que hace sudar al malacara inmóvil ante el bananal prohibido.
Horacio Quiroga
Puede aún alejarse con la mente, si quiere; puede si quiere abandonar un instante su cuerpo y ver desde el tejamar por él construido, el
trivial paisaje de siempre: el pedregullo volcánico con gramas rígidas; el bananal y su arena roja: el alambrado empequeñecido en la pendiente, que se acoda hacia el camino.
Horacio Quiroga
Como resultado final quedó establecido en mi oficina que un pálido joven llamado Bartleby tenía ahí un escritorio, que copiaba al precio corriente de cuatro céntimos la hoja (cien palabras), pero que estaba exento, permanentemente, de examinar su trabajo y que ese deber era transferido a Turkey y a Nippers, sin duda en gracia de su mayor agudeza; ítem, el susodicho Bartleby no sería llamado a evacuar el más trivial encargo; y si se le pedía que lo hiciera, se entendería que preferiría no hacerlo, en otras palabras, que rehusaría de modo terminante.
Yo podía proporcionar a mi interlocutora las ropas que esperaba de mí, y podía también proseguir la aventura que llegaba hasta mí desde el fondo de la eternidad, a través de un trivial teléfono.
Por el instinto y la lectura adivinaba la existencia de lo que se llama "amor"; pero los libros que le permitían frecuentar, hablaban de este sentimiento en lenguaje trivial, risueño, análogo a aquella gastada imagen del niño ceguezuelo que hiere los corazones con flechas doradas y aprisiona con grillos de rosas.
Júzgalo por la pregunta que te acabo de hacer, y ya ves que es trivial y común, como que lo que he dicho está al alcance de cualquiera, esto es, que la crítica es la misma en cualquier arte que se considere, con tal que sea uno.
Convengamos, pues, en que el argumento es trivial, y en que tampoco hay episodios románticos, pues ni el escri- bano don Estado, con su carta noticiera, deja de ser pura prosa.
Llaman la realidad todo lo mediocre, todo lo trivial, todo lo insignificante, todo lo despreciable; un hombre práctico es el que poniendo una inteligencia escasa al servicio de pasiones mediocres, se constituye una renta vitalicia de impresiones que no valen la pena de sentirlas.
Que esto de ser doctos no era cosa tan hacedera y trivial como se habían imaginado, pues cualquiera ciencia o facultad necesita todo un hombre, toda una vida, y tal reunión de circunstancias que rara vez llegan a verificarse; y aun por eso, siendo tantos los que siguen la carrera de las letras, son tan pocos los que han llegado a poseerlas en grado sobresaliente y a merecer el aprecio público por sus escritos.
Sólo que ese palito estaría taladrado, y en su interior llevaría una carta bien arrollada. Un poco de barro en ambos extremos completaría su trivial aspecto.
En aquellos tiempos los huevos, hojas acuáticas, las sartas de perlas, etc., tenían un significado que no conocemos hoy bastante, y no creo que fuesen puro capricho trivial el poner en nuestras catedrales los vegetales de las huertas, y efectivamente creo que poner los medios que Dios pone a nuestra disposición para sustentamos y alimentamos es un modo de graciar la presencia de estos dones.
Intacto lleva a Dios su pensamiento; No deja tras de sí recuerdo impuro, Y ni la envidia misma Puede clavar en él la torpe lengua. Blanco de ciega saña Nunca se vio, ni de traición aleve, Ni, rota el ara del amor primero, Halló
trivial lo que juzgó divino...
Marcelino Menéndez y Pelayo