Todo a bordo estaba bien aparejado y, cuando el viento se hizo más intenso, nos dejamos llevar con dos rizos de la mesana cangreja y el trinquete.
Apenas habíamos recobrado algo de calma cuando el trinquete voló en jirones, lo que nos obligó a izar una vela de estay, pudiendo así resistir algunas horas, pues el barco capeaba el temporal con mayor estabilidad que antes.
Con despecho mayor los arremete el viento al tercer día, y el mar brama; el uno para sí toma el trinquete, el otro a timonel y timón llama.
Le salió caro su tramposo atrevimiento. Tremendo susto se llevó por hacer trampa y tuvo que pagar triple multa por su intento de trinquete.
merced el buen talle de estas voces, que se nos hacen reacias en la boca y no las podemos escupir:zurriburri, a cada trinquete, traque barraque, zis zas, zipizape, á barrisco, irse á chitos, chichota, con sus once de oveja, trochimoche y cochiteherbite; es decir que no tienen desvergüenza para deslizarse en una historia y entremeterse en un sermón, y están ya tan halladas, que pocas plumas las desdeñan; y para ver á cual mendiguez está reducida la lengua Española, considere v.
Eran estos tres chicos de nueve años, venidos al mundo, en la misma hora o paricio, de una robusta hembra chumbivilcana, casada con don Crispín Gatiessa, boticario de la población, que era un genovés como un
trinquete y, tanto, que de una culeada le clavó a su mujer tres muchachotes muy rollizos.
Ricardo Palma
Durante cuatro horas consecutivas soportamos los fuegos que el Blindado Independencia nos hacía sostenidamente, habiendo recibido varios que nos atravesaron de banda a banda el palo de trinquete y nos rompieron las jarcias del palo mayor y palo trinquete y el esquife con sus pesantes, que se fue al agua.
Para nosotros los fumadores es usted, amigo Ballén, más tremendo ene migo que aquel morazo como un trinquete y gran goloso de manzanas en agraz, de quien cuentan las historias que exigía de España, por vía de étrennes, al comienzo de cada año, el tributo de cien doncellas como cien perlas panameñas.
-dijo Repolido-. ¡Por Dios que voy oliendo, señora
trinquete, que lo tengo de echar todo a doce, aunque nunca se venda! A esto dijo Monipodio: -En mi presencia no ha de haber demasías: la Cariharta saldrá, no por amenazas, sino por amor mío, y todo se hará bien; que las riñas entre los que bien se quieren son causa de mayor gusto cuando se hacen las paces.
Miguel de Cervantes Saavedra
Después, pasado algún tiempo, vino el
trinquete de Valentín, en la nueva ciudad, con sus pelotas, sus guantes, sus bailes, sus vasquitas y su música, a echarle tierra a la difunta del Cordón, y en seguida la cancha de Cazenave a remachar el clavo.
Isidoro de María
Estos tiros fueron contestados con 3 de a 250 y algunos de menor calibre, ocasionando los de 250 la rotura de la maniobra y pera del pico trinquete, y el corte de los amantillos de la botavara a una altura de diez pies sobre la toldilla.
Viendo esto Fetala, no quiso contrastar contra la fortuna, que tanto le perseguía, y así, mandó poner el
trinquete al árbol y hacer un poco de vela; volvió la proa a la mar y la popa al viento; y, tomando él mismo el cargo del timón, se dejó correr por el ancho mar, seguro que ningún impedimento le estorbaría su camino.
Miguel de Cervantes Saavedra