Esto ocurrió con el pueblo judío en la época de Ptolomeo, por la traducción griega de la Biblia, sin la cual se hubiera concedido poco crédito a sus dispersas noticias.
Tiempo es ya de poner en acción una tradición pedagógica nuestra que yace oculta en los archivos de la historia y que buscaba las formas adecuadas para manifestarse, pues, aunque parezca exagerado, la educación de nuestros abuelos tenochcas y todo el sistema prehispánico ponían énfasis en el desarrollo de la potencialidad humana que reflejaba la potencialidad de la Naturaleza; es decir, lo que ellos denominaban Teotl ipalnemohuani, no “dios” en su desafortunada traducción al español, sino “Energía Creadora, Aquello por lo cual todos vivimos”.
Partes del libro de Génesis de la traducción que José Smith hizo de la Biblia, obra que él comenzó en junio de 1830 ( History of the Church, 1:98–101, 131–139).
Tal licencia sólo podrá concederse si el solicitante, conforme a las disposiciones vigentes en el Estado donde se presente la petición, demuestra que ha pedido al titular del derecho la autorización para hacer y publicar la traducción, y que después de haber hecho las diligencias pertinentes no pudo localizar al titular del derecho u obtener su autorización.
Parte del testimonio de Mateo tomada de la traducción que hizo José Smith de la Biblia (véase Doctrina y Convenios 45:60–61, donde aparece el precepto divino de empezar la traducción del Nuevo Testamento).
Una traducción de unos papiros egipcios que llegaron a manos de José Smith en 1835, los cuales contenían escritos del patriarca Abraham.
El título y el nombre del autor de la obra original deben imprimirse asimismo en todos los ejemplares de la traducción publicada.
Los medios televisivos deberán incorporar subtítulos y traducción a la lengua de señas, para las personas con problemas auditivos.
Este tratado, destinado á todos los países de habla española, no decidía nada respecto del derecho de traducción, pero el sentimiento general de aquellos países era, evidentemente, equipararlo al de reproducción.
El siguiente texto es la traducción al español de la traducción que realizó el sanscritólogo alemán Max Müller, que publicó en Londres con el nombre «Vâ g asaneyi-samhitâ-upanishad» en el libro The Upanishads (en 1879), y que se encuentra ;Invocación: : om : purnam adaj purnam idam : purnat purnam udachiaté : purnasia purnam adaiá : purnam eva avazishiaté :: : mantra’; 'pūrṇam: ‘completo’; adaḥ: ‘aquello’; pūrṇam: ‘completo’; idam: ‘esto’; pūrṇāt: ‘del completo’; pūrṇam: ‘completos’; udacyate: ‘se producen’; pūrṇasya: ‘a partir del completo’; pūrṇam: ‘completo’; ādāya: ‘quitados’; pūrṇam: ‘completo’; eva: ‘ciertamente, incluso’; avaśiṣyate: ‘permanece’.
Si el titular del derecho de traducción no hubiere sido localizado por el solicitante, éste deberá transmitir copias de su solicitud al editor cuyo nombre aparezca en los ejemplares de la obra y al representante diplomático o consular del Estado del cual sea nacional el titular de este derecho de traducción, cuando la nacionalidad del titular de este derecho es conocida, o al organismo que pueda haber sido designado por el Gobierno de este Estado.
Los hallazgos recientes de la psicología cognitiva que valora el acercamiento al texto por leer (entendido ya como cualquier tejido sígnico icónico, fónico, kinésico, objetual, etc.), como una traducción imposible de encontrar fácilmente en el propio texto, sino tamizada por las vivencias, experiencias y bagajes de la cultura personal del lector, me impulsa a insistir en que no debe seguir pensándose que la lectura ha de continuar reducida a la prisión de una hoja, y sólo lo que allí se dice, vale literalmente; sin imaginar cuánto se puede ir más allá; sin impulsar la promoción que el texto realiza para salirse de él y extender la significatividad del mismo en las acciones creativas de los lectores.