Los palanqueros desamarraron el bongo y después de empujarlo al agua honda, saltaron a bordo y requirieron sus palancas, a tiempo que el patrón, ya empuñada la espadilla, hizo a Luzardo esta pregunta intempestiva: —¿Es usted buen tirador?
En fin, deme la plata y haré lo posible; por tal que, por otra parte, se comprometa a acompañarnos cuando haya alguna otra elección.» El paisano lo prometió todo, sacó del tirador el rollo, y al remitírselo al juez, pidió tímidamente un recibito.
—Y se alejaba lentamente; la lonja del rebenque barriendo el suelo, las piernas zambas, el
tirador zarandeado por un movimiento de caderas que se comunicaba al enorme facón en balanceo desigual.
Ricardo Güiraldes
Todo lo que tengo que hacer para abrirla es girar este tirador, que mueve los cerrojos, y luego hacer girar la puerta, como ven." Pero justo entonces no vieron, porque el tirador no giró, y la cerradura permaneció firmemente ajustada.
Él era además robusto y ágil en todos los ejercicios del cuerpo, gran tirador de pistola, florete y sable, buen jinete, mejor bailarín y muy divertido, ocurrente y chistoso.
3. Amado Antonio Garay, motorista del ex – Capitán Saravia, fue asignado para transportar al tirador a la Capilla. El señor Garay fue testigo de excepción cuando, desde un volkswagen rojo de cuatro puertas, el tirador disparó una sola bala calibre 22 de alta velocidad para matar al Arzobispo.
Yo pensaba en el policía que, por ejemplo, detuvo en el año 2000 a quien luego resultó ser el franco tirador de Belgrano; lo detuvo, cumplió con su deber y un juez a los cuatro meses lo sobreseyó.
Lejos estaba el tiempo de los treinta pesos por mes, para lidiar, desamparado, contra gauchos alzados y cuatreros peligrosos, imbuidos de los principios heroicos de Juan Moreira y de Martín Fierro; ya no sacaban del tirador el cuchillo, amansados y civilizados por Soriano, sino pesos; y a cada cual su parte.
¿No eran las probabilidades en su contra mayores en ésta lucha que las que podían haber sido, si fuese un tolerablemente buen tirador, en aquella?
Reciben disparos sin saber quién se los envía. En el faro de la biblioteca, un solo y hábil tirador frena el avance de toda la columna durante un largo rato.
ZULIMA. Tú no sabes que un tirador certero supo dejar tu previsión burlada, saliéndole al camino al mensajero. Yo hablé con Isabel, yo de tu muerte la noticia le dí, y a los bandidos encargué que tu viaje detuvieran.
Don Benjamín se iba, mientras tanto, con los cinco pesos en el tirador, calculando que si le favorecía la suerte, lo primero que haría sería de saldarle la libreta a Fulánez, para no pisar más en la casa de ese sinvergüenza que, desde tantos años, lo venía explotando.