Quedó, pues, la calle sola y muda, y en medio de ella,
tendido y desangrándose, aquel buen caballero, que acaso no había expirado todavía, y a quien manos solícitas y piadosas pudieran tal vez librar de la muerte...
Pedro Antonio de Alarcón
Sin embargo, a pesar del grado que aparentemente les da mayor relevancia, y los libra de un conflicto de inferioridad profesional, los buenos jóvenes maestros siguen siendo tan normalistas como los de antaño, algo científicos, filósofos y artistas; innovadores y luchadores por las mejores causas enaltecedoras de la colectividad, aunque sus Normales hayan tendido a desaparecer.
Íbase el buen caballero Sobre las crines tendido Recortándola un sendero, Con un venablo de acero A matarla apercibido; Y huía desalentada La cierva delante de él, Sintiendo desesperada La carrera aventajada Del poderoso corcel.
Espíritu sublime y misterioso que del aire en los senos escondido templas su voz, prestándole armonioso eco gigante o soñoliento ruido; arcángel cuyo canto melodioso el orbe arrulla ante tus pies tendido, inspira tú palabras a mi acento, gratas como la música del viento!
Pero sentía algo como un profundo sueño... Y soñé que había muerto fusilado. Luego soñé que estaba
tendido en una camilla, en mi prisión. No veía.
Pedro Antonio de Alarcón
Y como la gallega, reparando en que otros gemían, no desperdiciaba tampoco la ocasión de sollozar (sin saber por qué) armóse allí tal confusión de pucheros, suspiros y bendiciones, que más vale volver la hoja, no sea que los lectores salgan también llorando a moco
tendido, y yo me quede sin público a quien seguir contando mi pobre historia.
Pedro Antonio de Alarcón
Recordaba la otra celada que me había tendido aquel fraile, y juzgué sus palabras un nuevo engaño: Con orgulloso menosprecio se lo dije, y le señalé la puerta.
Éste, tendido sobre el lomo yace y tres veces o más se tambalea, pero, respuesto al fin, toma su hoja y en el corcel contra Grifón se arroja.
No le extrañe, pues, que la imagine tendido el cuello, el codo en la rodilla, la mano en el mentón y la yema del índice hundiendo su mejilla.
Era éste muy joven, y de una belleza que ni la penitencia ni la agonía habían podido eclipsar, y hallábase
tendido sobre los ladrillos de su celda, velados ya los ojos por la muerte, con una mano extendida sobre una calavera, y estrechando con la otra, a su corazón, un crucifijo de madera y cobre.
Pedro Antonio de Alarcón
Pero en la brusca cesación de la luz, que como un golpe sentíamos dolorosamente en los nervios, el drama espectral nos cogía otra vez. A mil leguas de Nueva York, encajonado bajo tierra, estaba
tendido sin ojos Duncan Wyoming.
Horacio Quiroga
Al día siguiente -era ya el tercero que la tienda permanecía cerrada-, como había cesado la tempestad, un vecino entró en la vivienda del viejo Antón, que seguía sin salir. Lo encontró
tendido en el lecho, muerto, con el gorro de dormir fuertemente asido entre las manos.
Hans Christian Andersen