Yo me estreché a él, ganada a mi vez por el homenaje 
tardío, pero sangriento de expiación, que venciendo quién sabe qué dificultades, nos hacían mis padres enterrándonos juntos.
Horacio Quiroga
Y no era burlona aquella sonrisa, sino gozosa, como un deseado albor de esperanza, como el primer reflejo del 
tardío astro de la felicidad, que ya iba acercándose a su horizonte...
Pedro Antonio de Alarcón
Cuando regresó del viaje ilusionado, Don Antonio encontró la sorpresa del derrumbe donde todo fue como un vértigo: el desaliento confuso, el desencanto tardío, la ira controlada, el llanto reprimido, la muerte.
Y si muchas veces se negó España a otorgarlos, a otorgar los que ella tenía, ¿cómo ha de atreverse a extrañar que Cuba se niegue a su vez a aceptar como don tardío, honor que ha comprado con la sangre más generosa de sus hijos, honor que busca hoy todavía con una voluntad inquebrantable y una firmeza que nadie ha de romper?
Era 
tardío el encargo, Dionisia y Germana, abrazadas, se mojaban recíprocamente los rostros con el llanto ardiente y salado de las grandes amarguras...
Emilia Pardo Bazán
Y en seguida Calcante, vaticinando, exclamó: —¿Por qué enmudecéis, aqueos de larga cabellera? El próvido Zeus es quien nos muestra ese prodigio grande, 
tardío, de lejano cumplimiento, pero cuya gloria jamás perecerá.
Homero
No temo tanto el desengaño infalible que me espera, no sé cómo ni cuándo, pero que siempre viene como temo el remordimiento, el amargo dejo que traerá consigo, cuando vuelva a buscar en el arte, en la muda y pasiva observación, un consuelo tardío...
Nunca es el resultado de un aprendizaje tardío, incluso si éste es difícil." En otras palabras, en cuanto un ser toma la resolución de llegar a la perfección, puede esperar un día experimentar la iluminación.
María Antonia Fernández no volvió a pisar las tablas; hizo desde aquel punto vida retirada y ejemplar; y la amargura de su arrepentimiento tardío, las duras mortificaciones con que se castigó ella misma y la vergüenza y el profundo pesar que el recuerdo de sus pecados le causaba, acabaron pronto con la salud de su cuerpo, concediéndole en cambio la salud del alma.
Y, puesto que el tiempo parece 
tardío y perezoso a los que en él esperan, en fin, corre a las parejas con el mismo pensamiento, y llega el término que quiere, porque nunca para ni sosiega.
Miguel de Cervantes Saavedra
RUDENZ.––(Contempla el cadáver de su tío, sobrecogido por violento dolor.), ¡Oh, Dios!... Mi arrepentimiento ha sido tardío. ¿Por qué no vivió algunos instantes más, para enterarse de mi mudanza?
El adolescente tampoco ganaba: Visto con espacio, parecióme misterioso y extraño: Era gigantesco, de ojos azules y rubio ceño, de mejillas bermejas y frente muy blanca: Peinábase como los antiguos nazarenos, y al mirar entornaba los párpados con arrobo casi místico: De pronto le vi alargar ambos brazos y detener al jarocho, que había vuelto la baraja y comenzaba a tirar. Meditó un instante, y luego, lento y tardío, murmuró: -Me arriesgo con todo.