Las "comunidades aisladas" -al menos, aquellas que han retenido su identidad entrado el siglo XX- rechazan consistentemente la absorción por parte de la cultura mayoritaria o de la "
subcultura" negra en la que los sociólogos modernos prefieren categorizarlas.
Hakim Bey
Mientras que otros países del orbe han superado esta etapa crítica y además torpe, el nuestro continúa en ella, en el retraso, en el subdesarrollo, entre la
subcultura.
Antonio Domínguez Hidalgo
Sucesivos movimientos neopsicodélicos han revitalizado algo su uso, como la subcultura rave, sin alcanzarse en ningún caso los niveles de su época de apogeo.
Cuando una mujer pone en práctica su atracción sexual o romántica por otras mujeres puede producirle una «crisis existencial» y muchas van más allá y adoptan la identidad de lesbiana, desafiando lo que la sociedad ofrece en estereotipos homosexuales, y aprenden cómo desenvolverse en la subcultura homosexual.
Desde entonces, muchas lesbianas han reaccionado a su designación como marginadas inmorales mediante la construcción de una subcultura basada en la rebelión contra los roles de género.
Su trama se centra en torno a Stephen Gordon, una mujer que se identifica como invertida tras leer el Psychopathia Sexualis de Krafft-Ebbing y vive dentro de la subcultura homosexual de París.
Juego de rol por mensajería instantánea (Jugado por mensajería instantánea como MSN, popular entre la subcultura furry, el mayor inconveniente es que a mayor cantidad de integrantes más confuso y desorganizado se vuelve).
Dado que las lesbianas son consideradas un grupo social minoritario, se habla muy a menudo de subcultura lesbiana, lo cual no significa una situación de inferioridad presupuesta, sino algo que es parte de la propia especificidad de las lesbianas, respecto al mundo heterosexual mayoritario.
En ausencia de otras descripciones de sus emociones, los homosexuales aceptaron la designación de «diferente» o «pervertido» y usaron su estatus de proscritos para formar círculos sociales en París y Berlín. «Lesbiana» y «lesbianismo» comenzaron a describir elementos de una subcultura.
La publicidad que Hall recibió tuvo consecuencias inesperadas; la novela fue llevada a juicio por obscenidad en Londres, un escándalo espectacular descrito por la profesora Laura Doan como «el momento en el que cristalizó la construcción de una subcultura lésbica moderna inglesa».
Como reflejo de las estrictas categorías sexuales definidas por el gobierno y la sociedad en general, la subcultura lésbica desarrolló roles de género extremadamente rígidos entre mujeres, particularmente en las clases trabajadoras en los Estados Unidos y Canadá.
Esta voluntad de proporcionar múltiples lecturas fue recibida sin embargo con escepticismo por la editorial Bruguera, influida por su subcultura propia.