En el principio de su carrera como modelo, se le permitía seguir trabajando en la sombrerería de la señora Tozer's a medio tiempo, asegurándose así un salario regular incluso si el modelaje no funcionaba.
También ubicada en el Campamento Nuevo, se dedicó a prestar servicios de tienda, sombrerería, zapatería, sastrería y contaba con una sección Recova, con una carnicería y verdulería.
Se crea la Fábrica de Tabacos en la Plaza de la Palloza, que da trabajo a medio millar de personas; las industrias de sombrerería y cordelería se hacen notables; varios armadores se dedican a la piratería legal y tiene presencia en la ciudad la Real Maestranza de Mantelería.
En abril de 1595, en un documento relativo a ese pleito, se informaba que para entonces el pintor ya había fallecido en la calle de Sombrerería de Burgos, sin que conste la fecha exacta.
La sociedad cerrada de la posguerra recurría a símbolos externos de esa índole, e incluso en la forma de comportarse (Carmen Martín Gaite «Usos amorosos de la posguerra en España») o de vestir, para mostrar el apartamiento de cualquier sospecha de izquierdismo: «Los rojos no llevaban sombrero», proclamaba el eslogan con que se anunció la sombrerería Brave (en la Gran Vía de Madrid, rebautizada como Avenida de José Antonio).
Cada funcionario fue capaz de mostrar su condición de galardonado con el uso de vestidos de seda de diferentes colores tradicionales que llegaban hasta el suelo, determinados tipos de artículos de sombrerería, e incluso estilos específicos de cintos que mostraran su rango de oficialidad..
Y la construcción en 1854-1855 del eje de ferrocarril norte-meridional Lyon-Valence-Avignon no modifica en profundidad el paisaje industrial local, entre los que las actividades más importantes quedan la sombrerería y la seda.
Kolhapur se ubica a 570 m sobre el nivel del mar. Kolhapur es una antigua ciudad, famosa por su comida, artículos de sombrerería, calzado, joyería y lucha libre.
El mestizaje ha generado por su parte artesanías en cogollo de caña brava como la sombrerería en Travesías y Pasmí en San Lorenzo, y otras en madera como las tallas en palo de naranjo de Tumbabarreto.
Grandes y fundadas esperanzas concebí con la última campaña política. Un amigo mío que es dueño de una sombrerería, me llevó una tarde a un club político.
Ella no tenía, sin embargo, más que pedir, y él se encargaría de proporcionarle lo que quisiera, tanto en mercería como en ropa blanca, sombrerería o novedades, pues iba a la ciudad cuatro veces al mes, regularmente.
Iba a las tiendas, traía rollos de cuero al zapatero, hierro al herrador, un barril de arenques para su ama, gorros de la sombrerería, tupés de la peluquería, y a lo largo del trayecto, a la vuelta, repartía sus paquetes, que tiraba por encima de las tapias, de pie en el pescante y gritando a pleno pulmón, mientras que sus caballos iban completamente solos.