Míster Davis continuaba impasible sobre su banco de piedra, con las manos cruzadas sobre su grueso abdomen, dejando adivinar en la penumbra los recios contornos de su poderosa musculatura. Un silencio
sepulcral reinaba en la plazoleta, silencio que interrumpieron de pronto algunas tosas de viejo, cascadas y huecas.
Baldomero Lillo
¡Helos ya mudos, inmóviles, petrificados en sus enérgicas actitudes, como trágicos héroes esculpidos en mármol!... Reina un silencio
sepulcral, un silencio absoluto.
Pedro Antonio de Alarcón
En torno de él, dos verdugos de imbécil facha y robusta, de un saco de cuero aprestan hierros de infaustas figuras.
Sepulcral silencio reina, pues solamente se escucha el chispeo de la llama en la lámpara que ahúma la bóveda, y de los hierros que los verdugos rebuscan, el metálico sonido con que se apartan y juntan.
Ángel de Saavedra
Dejando ya a la desdichada madre, fui a visitar la catedral, que es de las más características del siglo XII: entre fortaleza e iglesia, y con su ábside rodeado de capillas obscuras, misteriosas, húmedas, donde el aire es una mezcla de incienso y frío
sepulcral, parecido al ritmo, ya solemnemente tranquilo, de las generaciones muertas.
Emilia Pardo Bazán
Reina en el salón un silencio sepulcral, que de cuando en cuando se interrumpe por el ruido del papel o por un «¡Bravo!» entusiasta que lanza don Tadeo leyendo una sesión de Cortes o un artículo de fondo.
Elvira era de la madera de aquellas cristianas de los tiempos primitivos, que escribían en su losa
sepulcral «Univira»: De uno solo...
Emilia Pardo Bazán
¡Total, cuatrocientas ochenta y cinco víctimas !!! Y pronunció estas palabras con voz tan honda y
sepulcral, que los franceses se miraron alarmados.
Pedro Antonio de Alarcón
Si las energías vitales de la muchacha, la flor de su robustez, su intacta provisión de fuerzas debían reanimar a don Fortunato, la decrepitud y el agotamiento de éste se comunicarían a aquélla, transmitidos por la mezcla y cambio de los alientos, recogiendo el anciano un aura viva, ardiente y pura y absorbiendo la doncella un vaho
sepulcral.
Emilia Pardo Bazán
Un velo de niebla ondulaba en las ráfagas del aire: dos soldados cruzaban por el centro de la plaza, con el andar abatido y los ponchos chorreando agua: se oía la canturia monótona de los niños de una escuela. La tarde lívida daba mayor tristeza al vano de la plaza encharcada, desierta, sepulcral.
Se hizo un silencio sepulcral y nosotros empezamos a encender las velas echados de bruces a los pies de la cama y yo tenía cuidado de no molestar a la señora.
Cuando me separé de María Antonieta aún no rayaba el día, y los clarines ya tocaban diana. Sobre la ciudad nevada, el claro de la luna caía sepulcral y doliente.
Por el que de torpes vicios sumido en profundo cieno, hace aullar el canto obsceno de nocturno bacanal; y por la velada virgen que en su solitario lecho con la mano hiriendo el pecho, reza el himno sepulcral.