¿qué alta cumbre, qué prado ameno, qué repuesto bosque harás tu domicilio? ¿en qué felice playa estampada tu sandalia de oro será primero?
"Vestidos de cena y vestidos de foro": un trozo de comida y unas tablillas recibió. "Canal y pedal": una liebre y una sandalia traída fue.
Juan les respondió: «Yo bautizo con agua, pero en medio de vosotros está uno a quien no conocéis, 27. que viene detrás de mí, a quien yo no soy digno de desatarle la correa de su
sandalia.» 28.
La Biblia (Nuevo Testamento)
Su sonrisa fue un modo de llorar con bondad. Por sobre la
sandalia rota y enrojecida, tal sonrisa, la insigne flor de su santidad.
Gabriela Mistral
Pero como hasta en Bolivia y el Tucumán dejó rastro el apóstol, según lo comprueba un libro en que se habla muy largo sobre la cruz de Carabuco venerada como prenda que perteneció al santo viajero, los peruanos quisimos algo más; y cata que cuando al volcán de Omate o Huaina-Putina se le antojó en 1601 hacer una de las suyas, encontraron los padres dominicos de un convento de Parinacochas, entre la ceniza o lava, nada menos que una
sandalia de Santo Tomás.
Ricardo Palma
Antiguo monarca, oh monarca, ven, ven, aparece sobre la cima de este túmulo; eleva hasta allí la azafranada sandalia de tu pie, haz brillar el botón de la tiara real; acude, padre benéfico, Darío.
por lo que Juan hizo a todos esta declaración: "Yo les bautizo con agua, pero está para llegar uno con más poder que yo, y yo no soy digno de desatar las correas de su
sandalia.
La Biblia (Nuevo Testamento)
Él un cerrado campo abrió con amplia linde, y él una casa a nos, y él me dio a mi dueña junto a la que comunes ejerciéramos nuestros amores; adonde mi radiante divina con blando pie 70 se vino, y en el hollado umbral su fulgente planta, apoyada en su delatora sandalia, apostó, como un día flagrante advino, de su esposo por el amor, Laodamía a la casa de Protesilao, empezada en vano, cuando todavía, con su sangre consagrada, 75 la víctima a los celestiales amos no había pacificado.
Atémonos la ciudad de Kullab a los pies como si fuese una sandalia.» Pero no estaban todavía a 600 gar de la ciudad (unos 3 km), cuando los perros de la ciudad se pusieron a aullar: «¡Gemme-Tummal, Gemme-Tummal!
A la camelia patricia ya la azalea pizpireta ve azucena la novicia con sus ojos de violeta. En bello sitial la dalia como priora se esponja, mientras la tórtola monja entra de sayo y
sandalia.
Manuel Gutiérrez Nájera
En los pechos italianos hierve entonces una cólera inexorable contra el hombre que hoy les sirve de aliado en la guerra con Austria, y mañana quiere obligarles a permanecer inmóviles bajo la sandalia de un Pío IX.
Éstos, envidiosos de las virtudes y popularidad del Señor, a quien no eran dignos de descalzar la
sandalia, iban y venían con chismes y más chismes donde Pilatos; y le contaban esto y lo otro y lo de más allá, y que el Nazareno había dado proclama revolucionaria incitando al pueblo para echar abajo al gobierno.
Ricardo Palma