Una vez finalizados los autos de fe se pintaba un cuadro con el condenado portando el sambenito e indicando el nombre de su poseedor.
Por lo que en la venta recibían apoyo y protección todos los judíos condenados al uso del sambenito, muchos de los condenados aprovechando la lejanía de la Venta Prieta, se despojaban aquí del Sanbenito, para continuar sus labores normales.
Iban caminando separadamente con su propio sambenito, "soga al cuello y en la mano una gran vela verde apagada", y acompañados por dos españoles, uno de cada lado que los custodiaba.
Fue denunciado a la Inquisición como judaizante por un sirviente suyo y sufrió tres años de proceso y torturas, siendo finalmente condenado a llevar sambenito dos años.
Tras la celebración del auto de fe, que duró doce horas y en el que la condenada compareció vestida con un sambenito y una coroza pintados con llamas y diablos, fue relajada al brazo secular para ser ejecutada.
Estos reos iban vestidos con una especie de casulla llamada sambenito, pintada con escenas del infierno, con terribles llamas y figuras de condenados.
- II - Tu nombre tiene el pedestal escrito ¡En extranjero idioma por fortuna! Tal vez será tu nombre un sambenito Que vierta infamia en tu española cuna.
Sambenitos La gramalleta o sambenito era un hábito penitencial con que eran obligados a vestir los condenados por la Inquisición.
l sambenito era una prenda utilizada originalmente por los penitentes católicos para mostrar público arrepentimiento por sus pecados, y más adelante por la Inquisición española para señalar a los condenados por el tribunal, por lo que se convirtió en símbolo de la infamia.
Su hermana Francisca de Reynoso también conocida como Francisca de Zúñiga fue condenada por Luteranismo y quemada en el auto de fe, privada de voto activo y pasivo para siempre y reclusa en su convento (sambenito y cárcel perpetua).
Pinta un reo sentado en una grada o banquillo encima de un tablado con sambenito y coraza, la cabeza caída sobre el pecho con ademán de avergonzado, y al secretario leyéndole la sentencia desde el púlpito a presencia de un numeroso concurso de eclesiásticos, con este lema al pie: aquellos polvos.
Originariamente se trataba de un saco de lana bendecido por el cura, de donde viene el nombre de saco bendito que da lugar a sambenito por asimilación fonética con San Benito.