Nos sentamos a la mesa. Allí se oía rugir el mar, poderoso y amenazador. Madre no tomó nada y me atreví a preguntarle: –Mamá, ¿no vamos a ver quemar a Judas?...
Primero Estas ásperas rocas se harán trozos Con el rugir del trueno, y con la llama Del rayo, y en su centro pedregoso Tu cuerpo ocultarán.
Mientras por las calles se escuchaba el rugir de las multitudes proclamando al todo poderoso, ella no pudo dejar de sumergir su mente en el pasado reciente.
Entonces el Granizo dejó de bailar sobre su cabeza, el Viento del Norte dejó de rugir, y un delicado perfume llegó hasta él, a través de la ventana abierta.
-Poique me parece -continuó el patrón, siempre gritando para poder dominar los agudos silbos del viento y el rugir de las olas- que esto va tomando malas jechuras y que el Sudeste viée cargao de muchísimas esazones.
Al fin, cegada, confusa, presa del mareo de lo desconocido, se dejó caer en su agujero, y con un supremo esfuerzo, por conservar su prestigio, abrió la bocaza para
rugir ¡Brrrr!
Vicente Blasco Ibáñez
Y esto me consta porque siento esparcirse sus cenizas y rugir de ira sus espíritus cada vez que las turbas los invocan como herederos de sus glorias; siento con cuánta saña y con qué valor desenvainarían el ya roñoso sable para romper todo círculo de parentesco con un pueblo iluso y deslumbrado que pisa y profana lo que ellos más veneraron; con unos próceres que hacen de la deslealtad y de la sedición un título de gloria y arrojan e insultan al Dios y al monarca propios, para brindar la nación entera a los derviches de Mahoma y a un príncipe extranjero, que la desdeñan porque la desprecian.
Su andar era rítmico; sus brazaletes resonaban con suave choque musical, y sus collares de perlas, escalonados sobre el seno desnudo, subían y bajaban como la blanda ola que la playa, alternativamente, rechaza y acoge. Bajo las perlas y el seno delicado, el corazón de Utara saltaba como gacela que escuchó al chacal
rugir a corta distancia.
Emilia Pardo Bazán
Nunca lograrás que el egoísmo te haga rey del mundo, porque siempre quedará el amor, reflejo del amor divino, en el corazón de la madre. El diablo volvió a rugir, y el Arcángel exclamó: -¡Ve, maldito de Dios, a los infiernos!
«La libertad de nuestro rey amado, que en las redes cayó de oculto lazo; la libertad del reino y del estado...» «¡Libertad -grita el Tigre- en todo caso para que por las plazas y las calles me pueda yo pasear sin embarazo!» «Libertad absoluta sin detalles», al mismo tiempo reclamaba el Oso para
rugir por montes y por valles.
Rafael García Goyena
Áspero acento, horrísona armonía del grito y alarido con que brama aquella pobre gente que moría a causa de seguir tan loca flama, extrañamente concordar se oía con el rugir de la homicida llama.
Mas cuando llegaron a la puerta de la caverna, y el ruido de sus pasos los precedía, el león enderezó las orejas con violencia, se apartó súbitamente de Zaratustra y saltó, rugiendo salvajemente, hacia la caverna; los hombres superiores, cuando le oyeron rugir, gritaron todos como con una sola boca y retrocedieron huyendo y en un instante desaparecieron.