-Una casita mona de dos pisitos sobre una inmensa alfombra verde en la esquina de Avenida de las Palmas y Berverly Hills. -Una mosca que vuela, gira,
roza y pasa, gira,
roza, y pasa.
Antonio Domínguez Hidalgo
No se sabe por qué, Zalamero siempre trae migajas en aquellos bolsillos hondos y sucios, y lo peor es que, distraído, las coge entre los dedos manchados de tabaco y se las lleva a la boca. Con tales maneras y figura, se roza con los personajes más empingorotados, y todos le hacen mucho caso.
En algunas ideas, parece alemán lejítimo, se penetra del espíritu jermánico, ve a la mujer como la ven los alemanes, i si por rezagos místicos se aparta de Heine, por el idealismo se roza con los poetas de Suevia.
Los invisibles hombros, cual quimera en que un genio marítimo retoza no columbran siquiera la adoración venidera que los ha de rozar, como se
roza el codo de una estricta compañera.
Ramón López Velarde
En cambio, a lo mejor, tendidos en la umbría, una hoja vaga que se desprende de la fronda nos roza la sien y produce en nosotros un misterioso estremecimiento, en que nos parece barruntar un suceso inmenso que en aquel instante está ocurriendo, tan grande y universal que no tiene límites, que no tiene forma, que no puede ser definido ni nombrado, y del que la hoja caediza es sólo un humilde nuncio o infinitesimal síntoma.
Varela, pero ( léase bien) no conmueve, no roza siquiera-no puede rozar- mis argumentaciones y la veracidad de lo que sostuve y debo seguir sosteniendo.
Como piensa con el cerebro de Mefistófeles y siente con el corazón de Fausto, su ironía se acerca a lo satánico y su sensibilidad se roza con lo paradisíaco.
Labio, hocico. Rota. Instrumento músico, que acaso tendría una rueda, como la gaita de los ciegos. Roza. Estar en la roza. Parece estar en conversación.
– Bien, nos vamos –ordenaba su voz, y, en un susurro de seda y satén que se roza, nos hundimos en la puerta cochera, semejantes, me parece, a dos enormes murciélagos, con el vuelo de nuestras esclavinas, repentinamente levantadas por encima de los dominós.
Fertilidad.- El maíz se da también que se sustentan algunas cosas en Puerto Viejo con solo una roza de dos almudes de sembradura, porque en los años muy lluviosos acude a 250 y 300 fanegas por una sembradura, y a 150 cuando el año no es acertado.
Apenas si se asoma y roza tímidamente, con dejos de inseguridad, cualquier afirmación contundente sobre la Semiótica (Semiología).
Allí el sol no roza más que oblicuamente la tierra, y las lentas alternativas de la luz y la obscuridad suprimen la variación y aumentan la monotonía, que es la mitad de la nada.