La vida así me viste y me desviste remolino de insomnios y de sierpes que sin matar me mueren las antorchas de mis días nocturnos.
El día era espléndido; desde el cenador en que habíanse guarecido nuestros tres famosos prohombres, situado a espaldas del ventorrillo en una de las accidentaciones del monte -un monte pelado y rojizo sobre el que sólo verdegueaban los rústicos pabellones-, divisábase la carretera de la que cada ráfaga de viento arrancaba un remolino de polvo de oro, la arenosa playa donde morían las olas desdoblándose con plácido murmullo; la vía del ferrocarril, que pone en comunicación algunos de los pueblos de la costa levantina, y el mar que fulgía bajo un cielo espléndido, como un inmenso zafiro, surcado por cien barcas pescadoras de blanquísimo velamen.
Y diciendo esto apoyó una mano en una de las ramas de los árboles inmediatos, cruzo una pierna sobre otra y quedose mirando, como sumido en delicioso éxtasis, a la mujer amada, que, hundiendo entre las flores su semblante de raso para mejor aspirar sus perfumes, brillaba toda bañada por los rayos del sol que convertía sus blandos cabellos en áureo y en sedoso y en resplandeciente remolino.
–Para la Margarita no hay paraca. Hemos pasado un día por el boquerón con tanto viento como éste y el bote cruzó el remolino, llanito...
El
remolino de recuerdos, de instantes alejados, de horas perdidas en el devenir de la existencia, se precipitaba en torrente desesperante y agónico...
Antonio Domínguez Hidalgo
Sintió en la boca la amargura salitrosa; cegaron sus ojos, las aguas se cerraron sobre su rapada cabeza; pero entre dos olas se formó un pequeño remolino, asomaron unas manos crispadas y volvió a salir.
Por movimiento uniforme Todos en su asiento alzándose Tendieron tras de los ojos Los cuerpos para mirarles. Y el espeso remolino Con el viento disipándose Dejó ver las consecuencias Del encuentro formidable.
Entonces mi vista se percató de algo más horripilante: en el fondo del remolino rugía con las fauces abiertas por las cuales se veían sus filosos colmillos, un hambriento Tiranosaurio Rex.
Alto torrente de sonorosa llama corre, y sobre las áridas ruinas de la postrada selva se derrama. El raudo incendio a gran distancia brama, y el humo en negro
remolino sube, aglomerando nube sobre nube.
Andrés Bello
Y rabiosamente, como si se tratara de un enemigo implacable, Antonio le tiró varios golpes con el bichero, hundiendo el hierro en aquella piel viscosa. Las aguas se tiñeron de sangre y el animal se hundió en un rojo
remolino.
Vicente Blasco Ibáñez
Una pareja de guacamayos cruzó muy alto y en silencio hacia el Paraguay. Allá abajo, sobre el río de oro, la canoa derivaba velozmente, girando a ratos sobre sí misma ante el borbollón de un
remolino.
Horacio Quiroga
Ay no más se sentó juntito al plato, peló una daga como de una brasada de largor y dio comienso a tragar a lo hambriento. En eso, y Dios parese que sirviera las miras del inglés, se alsó un
remolino que arrió con los dos pesos.
Ricardo Güiraldes