Para cumplir estos objetivos, el Programa de Emergencia Económica deberá incluir los siguientes elementos: Uno: un acuerdo entre los sectores productivos que con todo realismo económico impida caer en una carrera entre devaluación e inflación.
Rindo homenaje a las madres chilenas, mujeres inspiradas con esa claridad divina que Dios les alberga en su corazón; ellas lucharon por el futuro de sus hijos, y por ello la historia les reconocerá en el tiempo, cuando se estudien las páginas tristes de este pasado. En cuanto a los trabajadores, buscaremos una mayor participación plasmada en realismo y sin teorizaciones abstractas.
En este plano, el actual Gobierno concede especial relevancia al cuerpo legal: “Estatuto para la organización de las empresas, el desarrollo e integración de los trabajadores, el fomento y tratamiento de las inversiones”, actualmente por aprobarse, en el que se establecerán fórmulas de efectiva participación de los trabajadores en las empresas en que laboran, dentro del realismo y la flexibilidad y por la necesidad de contemplar también garantías adecuadas para la inversión.
El combate por la emancipación social o por la libre determinación de nuestro pueblo adoptaría obligatoriamente manifestaciones distintas de lo que con legítimo orgullo y realismo histórico denominamos la vía chilena hacia el socialismo.
No se sintió gran maestro, no vio en sí un intérprete de esas dos grandes formas de la belleza que se llaman idealismo y realismo, no se encontró, con las fuerzas de Rafael ni de Velázquez, y, suavemente y sin dolores del amor propio, se fue transformando en un pensador y en amador del arte; y fue un sabio en estética, un crítico de pintura, un profesor insigne; y después un artista de la pluma, un historiador del arte con el arte de un novelista.
En nuestros informes policíacos nos encontramos con el
realismo llevado a sus últimos límites, pero, a pesar de ello, el resultado, preciso es confesarlo, no es ni fascinador ni artístico.
Arthur Conan Doyle
Por eso, creo que el realismo, al que varios de los que me han precedido en el uso de la palabra han hecho como una necesidad de dirigir nuestras discusiones, va a tener que imperiosamente imponerse, no ya como una cuestión, digamos, de dádiva por parte de quienes integran estos grupos sino, fundamentalmente, como una necesidad de abordar las verdaderas causas de las crisis y darles una respuesta porque la prolongación no hace más que agravar la situación de todas las economías y, finalmente, terminarán impactando más que negativamente.
Del realismo del Congreso depende, en gran medida, que a la legalidad capitalista suceda la legalidad socialista conforme a las transformaciones socioeconómicas que estamos implantando, sin que una fractura violenta de la juridicidad abra las puertas a arbitrariedades y excesos que, responsablemente, queremos evitar.
No obstante, su realización escapa a nuestra sola voluntad: dependerá fundamentalmente de la configuración de nuestra estructura social y económica, su evolución a corto plazo y el realismo en la actuación política de nuestro pueblo.
Como todos ustedes saben, el Alto Comisionado para la Paz -siguiendo mis expresas instrucciones- ha intentado en los últimos días rescatar el proceso de la parálisis al que lo habían llevado las FARC, pero hoy tengo que decirles a los colombianos, con pesar pero, sobre todo, con realismo y responsabilidad, que las FARC siguen colocando obstáculos al proceso de paz, haciendo imposible que sigamos avanzando en el proceso.
Es una de las obras más representativas de la literatura indigenista iberoamericana, movimiento que precedió al realismo magico y que enfatizaba un realismo brutal, impactante y muy descarnado.
Sin despojarse completamente de los contenidos utópicos de la herencia ilustrada, y reafirmando los ideales de libertad, igualdad y fraternidad, así como la defensa de la propiedad individual frente a la corporativa (feudal-colonial), el realismo social del nuevo liberalismo, teñido más tarde de cientificismo positivista, quedó como un rasgo distintivo de la ideología demoliberal, hasta que la reacción antipositivista del siglo XX parcialmente lo sepultó.