Llevónos la galerna, en un decir Jesús, a dos cables de San Pedro del Mar; y cuando contábamos que no pararíamos hasta embarrancar en la arena, un maretazo, como yo no he visto otro, nos puso la lancha quilla arriba.
Madero, lógicamente, necesariamente compareció a declarar en la Indagatoria Judicial-en la que de antemano sabía que no habrían repreguntas ni se le solicitarían aclaraciones-al indigno y doble objeto de colocar en el “Expediente” la quilla de las imputaciones al General Oribe, allí obrantes y excluir a los “Vascos”, a “libro cerrado”, de toda sospecha en la preparación y ejecución del crimen.
Y el mar también, que a mis absortos ojos dilátase sombrío, osó en aquellos remotos siglos emular las glorias de la vecina tierra. Fue su seno el que entreabrió la exploradora quilla de los trirremes de Sidón.
La divina para ellos, la que retiene en las supremas ciudades los recintos, ella misma hizo, que con leve soplo volara, un carro, la pínea trama unciendo a la encorvada quilla.
Había una campana a bordo; y mientras la goleta, como una criatura que se hubiera vuelto loca, furiosa cabeceaba y se bamboleaba, enseñándonos tan pronto la quilla como el puente desierto, la campana parecía tocar a muerte.
245 Así, en los techos, por la paterna muerte funestos, de su casa entrando, el feroz Teseo, cual el luto que a la Minoide él había causado con su mente desmemoriada, tal él mismo recibió. La cual, entonces, contemplando la quilla, afligida, que se alejaba, complejas angustias en su ánimo revolvía, herida.
Sienta tus iras sólo Rota y hundida la soberbia
quilla, Que oro y baldón conduce a estas arenas, O el ferrado vapor, en cuyas venas Corre savia de fuego.
Marcelino Menéndez y Pelayo
Si a un leño conducidor de la conquista o del hurto de una piel fueron los dioses remuneradores justos, a un bajel que pisa inmóvil un Mediterráneo enjuto con los suspiros de un sol bien le deberán coluros. Tus bordes beso piloto, ya que no tu
quilla buzo, si revocando mi voz, favorecieses mi asunto.
Luis de Góngora y Argote
El primer acto del carpintero fue hacer un prolijo examen revisando con atención las embreadas costuras desde la borda hasta la quilla, y habiendo comprobado que no existía ninguna grieta, procedió a lanzar el esquife al agua ayudado por Rosalía.
SOSIAS: El mío es grandioso; se refiere a toda la nave del Estado. JANTIAS: Me conformo, de momento, con la quilla del asunto. SOSIAS: Creí ver en mi primer sueño, sentados en el Pnix y reunidos en asamblea, una multitud de carneros, con báculos y mantos burdos; después me pareció que entre ellos hablaba un omnívoro paquidermo, cuya voz parecía la de un cerdo a quien están chamuscando.
Soldadura invisible a cuyo través pasan las cosas sin estremecerse. Ninguna quilla de buque ha chocado con el Ecuador. Traspasamos al año nuevo nuestro activo y pasivo intactos, nuestras energías y las lacras de nuestra carne; se nos arrastra con idéntica rapidez, englobados en la enorme continuidad de la naturaleza.
No pasarán muchos años antes de que hayamos puesto el pie o la quilla en los últimos rincones del planeta, ni antes de que nuestra palabra se oiga a un tiempo, semejante a la de Dios, en todas partes.