¡Y el hombre tiraniza á sus iguales, Legándoles de mártires la palma, Y viola sus derechos inmortales, El dón de Dios, la libertad del alma! ¡Profanación impía!
Habríamos querido corregir también frases, giros poéticos, faltas gramaticales, y aun eliminar algo; pero, aparte el temor de que un zoilo nos niegue competencia, hemos pensado que á un poeta debe juzgársele con sus bellezas y defectos, tal co- mo Dios lo hizo, y que hay mucho de pretencioso y algo de profanación, en enmendar la plana al que escribió para otro siglo y para sociedad distinta.
Pero aun cuando haya sido en la sacristía, esa historia es como una burla de la vida de ciertos santos, Señor Marqués. Si, como supongo, el hábito no era un disfraz carnavalesco, en llevarlo no había profanación.
Son unos imbéciles desconsiderados. ¡Perros! - ¡Eso es un gran delito!
Profanación, o algo así. - ¡Oh! Esta es la razón por la que sufro.
Antonio Domínguez Hidalgo
No hay nada más atrevido que la ignorancia... Cierto que la culpa no es suya, sino de los que le consienten esta
profanación. Pero así va el mundo...
Gustavo Adolfo Bécquer
Se ama a un Dios que lo penetra y lo prevale todo. Parece profanación dar al Creador de todos los seres y de todo lo que ha de ser, la forma de uno solo de los seres.
El enamorado se cuadró, tartamudeó algunas frases confusas, y huyó de allí enojado consigo mismo y acusándose de una
profanación moral, tan inoportuna como necia.
Emilia Pardo Bazán
Llamarme a mí con el mismo nombre con que los hombres han llamado a Esquilo, a Homero, al Dante, a Shakespeare, a Shelley... Qué profanación y qué error.
Nuestro artista era de un geniazo más atufado que el mar cuando le duele la barriga y le entran retortijones. Encolerizóse con lo que creía una
profanación, dio de cintarazos a Gorívar y rebanó una oreja a su pobre consorte.
Ricardo Palma
-Qué, ¿te has peleao con Trini, por casolidá? Esta pregunta irritó a Antonio; antojósele casi una profanación. Cuando en otras ocasiones había nombrado a Trini Filomena, habíale causado mal efecto, pero en aquel instante antojósele que por causa suya acababa de mancharse Trini saliendo su nombre de aquellos labios agostados por las más brutales caricias; antojósele que Filomena, al nombrarla, la ponía a su nivel, y esto le hizo exclamar: -No me gusta que mientes a Trini.
Era abrirlo y encontrar, un mundo de fantasías, desde la ropa a usar, hasta el queque que protegía. De la profanación habitual, en la insistencia acometida; por mucho que echara llaves, mi abuela no conseguía.
Se cuenta que, para sustraerla de la profanación de los hugonotes, un devoto de María la cogió y la hizo tapiar detrás de un rincón de su casa, que estaba situada en el lugar de Layre.