-vociferó otro de los enmascarados-. Por bien no le sacaremos ni esto. A
preguntar de otro modo: ¡hala! -Cante la verdad, señor Carmelo -insistió el jefe-.
Emilia Pardo Bazán
Resolvió, por tanto, no dirigirle más la palabra, y se limitó a hacer hilas y vendas, y a
preguntar una vez y otra, con vivo interés, al impasible doctor Sánchez, cómo encontraba al herido (sin dignarse a nombrar a éste?
Pedro Antonio de Alarcón
-se atrevió a
preguntar don Jorge, no concibiendo que Angustias supiese cosas que sólo a él, y momentos antes de expirar, había referido doña Teresa.
Pedro Antonio de Alarcón
Hecho esto, él se despedió con mucha paz y amor, y ansí nos partimos deste lugar; y aun, antes que nos partiésemos, fue preguntado él por el teniente cura del lugar y por los regidores si la bula aprovechaba para las criaturas que estaban en el vientre de sus madres, a lo cual él respondió que según las letras que él había estudiado que no, que lo fuesen a preguntar a los doctores mas antiguos que él, y que esto era lo que sentía en este negocio.
Phaidros no le dejó contestar, porque tomó la palabra y dijo: Si continúas contestando a las preguntas que te haga Sócrates, no se apurará por no tenerte que preguntar, porque no hay nada que le agrade tanto como poder hablar, sobre todo si su interlocutor es bello.
-Muchas gracias. Ya sabe usté: en Málaga, en la calle del Cañaveral, no hay más que preguntar por Enrique el Niño de la Tinaja. -Pero, José, ¿en qué estás tú pensando?
-Porque la posesión de las cosas buenas hace dichosos a los seres felices y ya no hay necesidad de preguntar por qué el que quiere ser dichoso quiere serlo; tu respuesta me parece que satisface a todo.
Y no es que la señora fuera taimada, sino que el duende era como, son los seres humanos. Si no entiendes este cuento, dímelo. Pero guárdate de
preguntar al duendecillo y a la señora. Regresar a
Hans Christian Andersen
-No suelo
preguntar una cosa dos veces -dijo el escarabajo, después de haber repetido su pregunta por tercera vez sin obtener respuesta.
Hans Christian Andersen
o pasado mañana, quizás - continuó el lacayo en el mismo tono de voz, como si no hubiese pasado absolutamente nada. - ¿Qué tengo que hacer para entrar? - volvió a preguntar Alicia alzando la voz. - Pero ¿tienes realmente que entrar?
No decide hacia dónde dirigirse. Quizá por un alejo de timidez o un mucho de temor a lo ridículo se abstiene de
preguntar. Pasea la vista de un extremo a otro, como deseoso de encontrar lo que espera...
Antonio Domínguez Hidalgo
Al concluir, quiero citar a uno de nuestros mejores poetas, Wally Mongale Serote, que ha escrito estas bellas palabras en su obra Ofay-Watcher Looks Back: "Quiero ver lo sucedido; Luego, Silencioso como las raíces al romper la tierra Miro lo sucedido Distingo si sobre las casas hay humo o polvo Quiero ver lo sucedido Luego, Silencioso como las plantas que muestran su verdor Quiero ver lo sucedido, Cuando las casas me hacen preguntar: ¿vive alguien aquí?