eme aquí frente a frente de la espesa tiniebla desde donde oírme debe la deidad rugiente que en su seno se esconde: Dime, Genio terrible del torrente, ¿a dónde vas al trasponer, la valla del hondo precipicio, tras la ruda batalla de la atracción, la roca y la corriente...?
Sin semejante resolución nítida y radical, los hombres de casaca, como se les decía entonces a estos rentistas de las formas y de las fórmulas que usufructuaban indebidamente – el predicado de padres de la patria – nos hubieran abismado sin decoro en un precipicio insondable!
Se podría pensar, teniendo en cuenta la naturaleza del terreno, que no podía caberle la menor duda sobre de dónde procedía la voz; pero en lugar de mirar hacia arriba, donde yo me encontraba, en lo alto de un precipicio cortado a pico justo encima de su cabeza, se volvió y miró hacia las vías.
Siendo ella muy joven, y saliendo con su madre a paseo, se desbocaron los caballos de su coche y corrieron sin freno -lanzando al cochero del pescante- más de dos leguas, encaminándose a un espantoso
precipicio.
Emilia Pardo Bazán
Búrlase con olímpica sonrisa de una ciudad liliputiense que le queda al frente, en el borde de vertiginoso
precipicio: es Belén de Judá.
Tomás Carrasquilla
Y en aquel instante un crujido inconfundible para los expertos oídos de los pescadores confirmó el terrible augurio; la barca pareció encabritarse como un corcel de carrera ante un precipicio, al embestir contra una de las rocas, y -Hemos tocao -gritaron todos al unísono, inclinándose sobre la borda con el temor retratado en los curtidos semblantes.
Hizo un gesto de desesperación y terror... El automóvil salió de la carretera para caer a un oscurísimo
precipicio. Ella quiso saltar.
Antonio Domínguez Hidalgo
Para unos, el poeta del pueblo es maravilla; para otros, un inútil parásito holgazán; y nimbo aquí de gloria, y allá tal vez mancilla, por todos anda puesto del precipicio a orilla, y de algo inverosímil reputación le dan.
como paisaje sin horizonte... como cumbre sin altura... como abismo sin
precipicio... como día sin sol... como noche sin estrella...
Antonio Domínguez Hidalgo
Y ve sus mil ilusiones que al precipicio se agrupan del abismo de la nada, donde con mano insegura, en los bordes se mantienen en desesperada lucha, y unas tras otras al cabo sin remedio se derrumban.
Hemos escuchado las voces de campesinos, engañados por el PROCEDE y por el PROCECOM, despojados de sus tierras ejidales sin nada de precio para sus productos desesperados sin siquiera la oportunidad de poder emigrar a la ciudad o a otro país arrinconados contra el precipicio viendo como las grandes empresas, las agroindustrias y los centros turísticos empiezan a apoderarse de sus tierras y en lugar de ejercito llegan los diputados, los senadores, los partidos políticos, los funcionarios del gobierno federal a quitarles las tierras de sus abuelos, de sus bisabuelos, de sus padres y que debía de ser de sus hijos.
“Lo primero, porque si la preponderancia de las fuerzas del ejército de línea nos ha puesto más de una vez al borde del precipicio y aun no podemos destruir a este enemigo interior que tiene ocupadas nuestras mejores provincias...