Avecindado en Madrid, en donde vivió once años, mereció al favor del Duque de Lerma, y del Marques de Siete Iglesias una Capellanía de Honor del Señor Rey Felipe III: siendo de admirar que la fama de su ingenio, que tanto aplauso le habia ganado entre los altos personages de la Corte, no le hubiese proporcionado mayores adelantamientos; si ya no es que el peligroso gusto de poetizar á costa de reputaciones agenas, no le cortase los pasos á su fortuna.
¡Me haces bostezar! Nuestro campamento no se ha hecho para poetizar o divinizar tus fantasías. -Pero mi coronel.-interrumpió apresurado el capitán Aguilar- ¿Acaso no ha escuchado los rugidos que se oyen cada vez más próximos por las noches?
El siglo pasado fué esclavo del demonio de la filosofía, y el presente del de la poesía; en aquél, para ser hombre de pro, era preciso filosofar, y en éste, para valer, es forzoso poetizar.
Aquéllos tenían el prurito por poetizar su pobreza y no se avergonzaban de mendigar los desperdicios de los ricos, al paso que éstos arrostran la suya con fiereza y aparentan más de lo que poseen.
sin límites en el girar de las esferas...” Y después de poetizar la ciencia después de hablar de Cibernética, de leyes biológicas, de teorías en boga, concluye que falta mucho por saber, por hacer, y que de nada sirven discusiones cuando hay tanto que aún ignoramos: “Controversias en el espacio con energumenias...
Claro es que no; claro es que son indignas ocupaciones de los grandes genios aquellas que por útiles y honestas están reservadas al ignorante vulgo. Así, pues, siendo poetas, debemos poetizar, y no otra cosa.
Ya el viajero no sospecha una misteriosa beldad tras las rejillas, ni la fantasía encuentra campo para
poetizar las citas y aventuras amorosas.
Ricardo Palma
Mas dejemos, por Dios, Señor, a un lado hablar de ira y poetizar de muerte; baste por esta vez lo aquí contado del no menos cruel infiel que fuerte; que es tiempo de volver donde he dejado a Grifón en Damasco y a su suerte con la vil Orrigila y, de su mano, aquel que es su galán, y no su hermano.
De aquí nació la justa ojeriza que nuestros padres tomaron a la poesía y a los Poetas, en quienes no veían sino miseria, envidia y relajada conducta; de aquí los disgustos que los hijos hemos dado a nuestros padres con este malhadado afán de poetizar, en favor del cual tenían tan pocos ejemplos que traer a la memoria.
Fue Espronceda, dejando en su Canto a Teresa una desgarradora confesión de amor y desengaño, quien con más acierto ha logrado poetizar sus sentimientos.
En 1950, un año antes de su debut literario, publicó un artículo sobre "las dos realidades", reeditado en 1962, en el que planteó el conflicto entre el arte y la vida, la imposibilidad tanto de vivir la poesía como de poetizar la realidad, que sería el centro de su producción literaria.
Ha declarado: "Una filosofía de la historia, por ejemplo, no puede hacerse si no se estudian y examinan, hasta donde sean posibles, las creaciones espirituales de los hombres. Su forma de pensar pero también de poetizar, o mejor ambas de consuno.