Mas luego que del puerto a toda vela ya lejos en el Cárpatos nos vemos, salta tan fiera y colosal procela, que teme aun el piloto sus extremos.
En muchas partes del mundo este enfoque, desde su experimentación en escuelas piloto, ha ido mostrando buenos resultados, pues compromete tanto al educador como al educando con la realidad social que nos envuelve en estos principios de siglo y lo prepara para su navegación competente.
2º Si supieron u oyeron decir que el Sor Com.te mandó en un bote tropa a bordo de la Chalupa de D.n Jacobo Gordon, entre diez a doze de la noche a aprehender al Piloto, y cuatro marineros, que habían benido a robar la otra Chalupa, para llevarla a su costado, para transbordar las carnes sin orden ni conocimiento de nadie.
Partí de Atlanta esta mañana y mientras estábamos listos en el avión – éramos seis. El piloto dijo por el sistema de comunicación, -Perdonen por el atraso, pero tenemos al Dr.
Ulteriormente, fueron ubicados sus tripulantes, a quienes se evacuó a Gran Bretaña sin inconvenientes. Cabe destacar que su piloto fue recientemente condecorado por el Gobierno británico.
Realmente ni eran tan graves los cargos, o al menos por lo que yo pude apreciar: le había construido a uno de estos señores, era constructor; tenía un familiar que había sido piloto de los aviones.
Muy cerca de ella pasó una pareja solitaria, cogida del brazo, como aquellos novios del bosque, el
piloto y la hija del peletero.
Hans Christian Andersen
Cualquier proyecto de práctica social del lenguaje, permite extraer de modo natural, enunciados o palabras que sirvan de repertorio para ir efectuando operaciones de marcado carácter lingüístico (aportaciones de la aún ciencia piloto de las ciencias humanas) cuyo propósito psicolingüístico pedagógico es ir incrementando la conciencia fonológica de los infantes de primero de primaria e ir impulsándolos a llegar al denominado principio alfabético, luego de la fase silábica.
Pasó a bordo del barco propiedad de Peter Jensen, justamente el mismo en el que servía el joven
piloto, el cual no vio la botella, aparte que lo más probable es que no la hubiera reconocido ni pensado que era la misma con cuyo contenido habían brindado por su noviazgo y su feliz regreso.
Hans Christian Andersen
Dígote de verdad, que Dios hace el negocio de los que desea perfectos siempre que les da materia de sufrir fuerte y animosamente alguna cosa en que haya dificultad. Al piloto conocerás en la tormenta, y al soldado en la batalla.
Sócrates: Y si estuvieses a bordo de un buque, te mezclarlas en dar tu dictamen sobre el movimiento del timón, si había de ser a la izquierda o a la derecha? ignorando el arte de navegar, ¿dirías tan pronto una cosa, tan pronto otra, o dejarías más bien gobernar al piloto?
Era una noche oscura como boca de lobo, y el barco se iba a pique; en el último momento, el joven
piloto escribió en una hoja de papel: «¡En el nombre de Dios, naufragamos!».
Hans Christian Andersen