¡No he visto a nadie tan afligido como tú por ese testamento mío, si quitamos al insoportable pedante de Lanyon por ésas que él llama mis herejías científicas!
Creo que no será ni necesaria, ni útil y, al contrario, que puede resultar para usar una palabra un poco pedante, super fatatoria.
-Se os darán medicinas; el doctor irá y dirá cualquier cosa, el muy
pedante -exclamó el conde, que no podía resistir a los médicos-.
Emilia Pardo Bazán
Cosa grotesca: la geometría, por ejemplo, el álgebra, el conjunto de las más rigurosas y fecundas leyes intelectuales, cortado en cincuenta o cien trozos, con una cifra pegada sobre cada uno, para sortearlos con pedante ceremonia.
Se te permitirá permanecer ahí fuera reflexionando y reparando tu vida terrenal; pero no entrarás mientras no hayas hecho una buena acción. -Yo lo habría sabido decir mejor -pensó el
pedante, pero no lo dijo en voz alta, y esto ya es algo.
Hans Christian Andersen
Nuestras relaciones con la muerte se reducen a una higiene pedante, meticulosa y mezquina, inspirada por el miedo práctico que nos distingue de las generaciones pasadas, y a una demencia pasajera, engendradora de suicidios vulgares.
Si sólo tiene derecho a gustar de la poesía, de la música, de la pintura, el que haya secado las tres cuartas partes de su existencia en entender la profunda lengua artística de Homero, Beethoven y Rafael, será preciso confesar que no son hechas las bellas artes para el mundo, sino para una facción quisquillosa y
pedante de él.
Mariano José de Larra
Fueron primero los vascos, de raza muy antiguamente noble también, pero más práctica, como de invasores comerciales y colonizadores que siempre fueron sus probables antepasados los fenicios; raza algo entorpecida asimismo por la secular necesidad de un trabajo arduo entre las ásperas y rudas montañas de los Pirineos, pero lista para dejar pronto caer al fondo del crisol su rugosa cáscara y mezclar en la masa así mejorada sus hábitos de trabajo, con su sangre sana y sus fuertes músculos; y también acudieron en gran número los gallegos, de ingenua y pedante materialidad, pero de honradez intachable, aunque algo fácil de diluir al contacto de la viveza indígena.
No hubiera dejado muy pronto de fastidiar a la gente con sus habladurías de pedante, si uno de los carneros espectadores no le hubiera cerrado el pico, diciéndole: «Mirá, capón amigo; cuando te hayan salido astas y seas capaz de dar topadas y cuando, sobre todo, puedas enseñarnos tus hijos, te pediremos opinión; pero, hasta entonces cállate, para que no se ría de ti la gente».
En la polémica sobre Napoleón he cedido gustoso a Casabianca la ventaja de los últimos cañonazos, y, habiendo sobrevivido a ellos, aprovechare la oportunidad de explicar cómo se arraigan mis juicios en un substratum filosófico. No se asuste el que lea: no seré necesariamente árido y pedante.
Las creencias infundidas por el cariño maternal llegan a un sitio del alma donde más tarde no alcanzan las lecciones trasvasadas con el rigor del pedante.
La inseguridad se prende del joven, chicas o chicos, y la manifiesta en rebeldía; quiere sentirse tomado en cuenta y adopta diversas posturas: malcriado, pedante, gritón, fantasioso, cómico, peleonero o mal hablado.