Aquel abrazo tronchó la existencia de la joven, como troncha, la mano grosera del patán, una flor delicada, y Dolores se iba muriendo poco a poco, a semejanza de las flores que se marchitan, derramando perfumes que nadie se cuidaba de recoger.
¡Ah, ah!, ¡baja pronto burgués, te traigo dinero! ¡Mala peste te lleve, patán! Toda esta arenga del pobre sobrino no llegó a conmover ni lo más mínimo al rostro de madera de la puerta; sus palabras no fueron escuchadas, como cuando el venerable Beda predicaba a un montón de piedras.
Quedarás excluido de los estamentos superiores, y en una ciudad hay muchos que están por encima del maestro artesano. Aunque seas un hombre de bien, tu condición de maestro no te librará de ser lo que llaman un «
patán».
Hans Christian Andersen
En medio de su bienandanza, lo único que le cascabeleaba al antiguo
patán era que el pueblo le negase el Don; pues grandes y pequeños, lo llamaban Ño Pancho el de la esquina.
Ricardo Palma
San Pedro, que era muy cambalachero y amigo de meter letra, le dijo: -¿Adónde bueno, amigo? -A Camaná -contestó el
patán, y murmuró entre dientes: -¿quién será este tío tan curioso?
Ricardo Palma
Y en menos tiempo del que gastó en decirlo, convirtió al
patán en sapo, que fue a zabullirse en una lagunita cenagosa vecina al olivar.
Ricardo Palma
Tenga crianza y añada si Dios quiere, no sea que se repita lo de ayer. Volvió el
patán a medir de arriba abajo al apóstol, y contestó: -Soy camanejo, y no cejo.
Ricardo Palma
¡Ruina y tortura! -El mísero
patán busca y remueve; y, tras larga faena, se figura que percibe un albor como de nieve. Escombra con afán y se aproxima...
Salvador Díaz Mirón
Mat yoltahob u paktob dzulob; ma u kat cristianoilob. Ma yolta hob u bot patán ah uayom ch′ich′ob, ah uayob tunob, ah uayom ziniltunob, ah uayom balamob, ox uayahob.
O yo me equivoco mucho sobre esta disputa. Pero prefiero ser patán que profeta de desgracias. Que todo acabe bien contra mi opinión.
y alocada en la fiebre del celo, lanza un grito de gusto y de anhelo... ¡Un cambujo
patán se avecina! Y en la excelsa y magnífica fiesta, y cual mácula errante y funesta, un vil zopilote resbala, tendida e inmóvil el ala.
Salvador Díaz Mirón
No es esto decir que armonice yo con aquel patán que, habiendo roto un jarrón de porcelana que tenía tres siglos dijo: —Más vale romper lo viejo que lo nuevo.