También detuvo sus pasos antes de subir a la pasarela, como si en ese momento tuviera miedo de pasar por ella; entonces me pidió que fuera a buscar el bote.
b) Sueño principal: «Baja de una altura por encima de una singular
pasarela que es como un seto de mimbres entretejidos formando pequeños cuadrados.
Sigmund Freud
Después, en un arrebato de heroísmo que la volvía casi alegre, bajó la cuesta corriendo, atravesó la pasarela de las vacas, el sendero, la avenida, el mercado y llegó a la botica.
- El la miró estupefacto, como nunca, sin saber qué decir, mientras la magnate lo señalaba ante unos hombres trajeados de negro que se hallaban presentes y daba la vuelta de inmediato, como en pasarela de modas, y regresaba a su auto del año.
Pero cuando la pasarela de las vacas estaba levantada, había que seguir las paredes que se extendían a lo largo del río; la orilla era resbaladiza; ella, para no caer, se agarraba con la mano a los matojos de alhelíes marchitos.
Cuando a pesar de la química pasaba su brazo fresco por mi pescuezo, yo entraba en el éxtasis que debe de gozar un sapo en presencia de la rosa. A veces, de codos en la
pasarela, olvidábamos el caminar del tiempo.
Roberto Arlt
Sobre la llanura fosforescente en amarillo muerto el buque, monstruosamente silencioso, giraba sobre sí mismo, semejante a un toro que aguarda la acometida de su enemigo. En pocos minutos el pasaje se encontraba en la
pasarela buscando con los ojos, en redor, la presencia física del peligro.
Roberto Arlt
Hacia las once de la noche el viento ululaba cortándose en la obra muerta, pero mi primo, inclinándose sobre la
pasarela, me dijo a modo de nuevo Virgilio de aquel infernal paraje: —Fíjate; el viento sopla y el agua no se mueve.
Roberto Arlt
Atardecía, pero ellos permanecían con el pensamiento fijo en otros climas, a la sombra de las camareras, apoyados en la
pasarela blanca.
Roberto Arlt
R.R.H.: Para completar el copamiento, lo que nos faltaba decir era que, inmediatamente que se toma la sala de armas, se realiza el copamiento de los puestos uno y once de la pasarela, y de los que se llamó talleres, que eran salones de dos cuadras donde estaba asentado el personal de retén y que era una cantidad de doce a quince guardias armados que estaban en condiciones de entrar en acción en caso de que no se los dominara.
El ejército del rey, destructor de ciudades, ya, sin duda, a la ribera opuesta del continente vecino, después de haber atravesado el estrecho de Hele, hija de Atamantis, en baleas atadas con cuerdas de lino, y lanzado sobre el cuello del mar el yugo de una pasarela tachonada con innumerables clavijas.
Si nuestros estudiantes viven en un mundo de objetos, la práctica de su construcción implicaría aprender a transmitir mensajes con determinados formatos específicos, comunes en la sociedad donde vivimos, por ejemplo, aparte de los mencionados: un resumen o un video; un baile o un eslogan; una receta o una canción, un periódico o un envase; un anuncio espectacular o un cuento; una obra de teatro o un museo; una pasarela o una copla; una reseña o un cómic; un resumen o un recuento histórico; una fotografía o un cuadro sinóptico; un mapa conceptual o un folleto y muchísimos más.