Te quieres reír y hasta los ojitos los tienes morados de tanto sufrir. Maldito parné... En el cortometraje cubano El embrujo del fandango, del año 1939, Carmen Amaya bailó con gran energía.
Luego, la profesora, fascinada, la remitió a su maestra. "Cobraba un pastón por horas y yo no tenía parné...". Le hizo una prueba y la admitió con descuento.
-Y oye tú, ¿cómo es que ha conseguío el Niño que la Rosario se case con él y que desprecie a José el de los Melones, a un gachó que tiée más parné que metal un belonero?
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