Caín era de carácter grave,
parco en palabras y de humor sombrío, como todo el que lucha y se esfuerza, viendo incierto el porvenir; Abel, alegre y dulce, falto de preocupaciones, como un bohemio de la Naturaleza.
Vicente Blasco Ibáñez
MOUSSE DE EMOCIONES Con su largo pelo negro, batido al viento, iba Susanita despreocupada; cuando un altivo joven, a la Plaza Sotomayor se acerca. Prendada quedó de su porte, y su estampa le cautivó; era un atractivo Marino, que parco le pareció.
Calcinada... VI Ausencia sanguinaria de su noche lacrimaria nacida en el delirio de su
parco cirio... Ausencia devorante de su vuelo coruscante crecida en la vertiente de su alada mente...
Antonio Domínguez Hidalgo
A las 3 de la tarde se retira nuestro hormiga cargado de algunas provisiones de boca, en poca cantidad pero buenas: él es parco y medido en todo pero su paladar es excelente.
En otras escuelas, el maestro acostumbraba los sábados dar a los alumnos, en premio de su buena conducta o aplicación, unas cedulillas impresas, conocidas con el nombre de
parco-tibi, y que eran ni más ni menos que vales al portador para libertarlo de seis azotes.
Ricardo Palma
Hablando bien y fácilmente, le gustaba mucho pronunciar discursos y brindis. Daba grandes convites; pero era muy
parco en beber y comer.
Ricardo Palma
Así, cuando un muchacho delinquía y el dómine le condenaba al rincón, con decir: «señor maestro, tengo
parco-tibi» alcanzaba absolución plenaria.
Ricardo Palma
Pero dime, Florecilla, ¡estás instalado aquí como un viejo solterón! Le enseñé toda la casa, sin olvidar la despensa, con cierto orgullo, y no fue parco en alabanzas.
Tengo buenos amigos; visto con notable discreción; soy parco en opinar; uso anteojos con cinta; cuando estoy cerca de algún personaje opino, con voz fuerte, con cosas gratas a su oído; leo y hablo tres idiomas; uso corbatas negras; me baño cotidianamente; me tuteo con algunos altos empleados de la administración; no bebo en público; no soy austero en privado; pertenezco a un partido político; asisto a todos los banquetes de todos mis conciudadanos; a veces paseo por el centro con jefes de partidos; con ex ministros, diputados.
Y pasó el tiempo, y yo, justo es decirlo, llegué casi a olvidar a aquel granadino
parco en palabras que durante mes y medio me sirvió a diario de ¡oh, amado Teótimo!
Miguel de Unamuno
Agradeció leal
parco sustento, y vigilante, a su deber atento, no a ambición, no a interés, no a gloria vana, no a delicia liviana le ajustó, mas a sola la obediencia de obrar cual le dictó la Providencia.
Juan Pablo Forner
Kappa Enclaustrado en tu orgullo ruin y
parco sólo en cadenas te soportas fuerte y a cada huella de tu paso inerte sucumbe el mástil de tu cetro barco.
Antonio Domínguez Hidalgo