palangana

palangana

1. s. f. Recipiente ancho y poco profundo usado en especial para lavarse las manos y la cara. jofaina
2. s. Argent., Perú, Urug. Persona que actúa con fanfarronería, pedantería o arrogancia.
3. adj. Chile Se aplica a la persona superficial.
Gran Diccionario de la Lengua Española © 2022 Larousse Editorial, S.L.

palangana

(palan'gana)
sustantivo femenino
recipiente circular que se utiliza para lavar Lávate los pies en la palangana.
Kernerman English Multilingual Dictionary © 2006-2013 K Dictionaries Ltd.
Traducciones

palangana

basin, washbasin

palangana

Schale

palangana

bassin

palangana

bacino, catinella, sciacquadita

palangana

bekken

palangana

pia

palangana

бассейн

palangana

حوض

palangana

Dorzecze

palangana

盆地

palangana

盆地

palangana

povodí

palangana

altaan

palangana

אגן

palangana

분지

palangana

อ่าง

palangana

A. SF
1. (= jofaina) → washbasin, washbowl (EEUU)
2. (Andes, CAm) (= fuente) → platter, serving dish
B. SMF
1. (Cono Sur) (= intruso) → intruder
2. (LAm) (= frívolo) → shallow person
3. (LAm) (= charlatán) → charlatan
4. (LAm) (= jactancioso) → braggart
Collins Spanish Dictionary - Complete and Unabridged 8th Edition 2005 © William Collins Sons & Co. Ltd. 1971, 1988 © HarperCollins Publishers 1992, 1993, 1996, 1997, 2000, 2003, 2005

palangana

f (wash) basin
English-Spanish/Spanish-English Medical Dictionary Copyright © 2006 by The McGraw-Hill Companies, Inc. All rights reserved.
References in classic literature
Famosas se hicieron algunas de sus entrevistas, como las que realizó a Camilo José Cela, quien describió su habilidad para absorber agua de una palangana por vía anal.
Hasta la difusión de la instalación fija de fontanería, el primitivo lavabo era un mueble móvil, compuesto de jofaina (o palangana), colocada sobre un armazón de madera con patas, en la que se vertía agua con una jarra.
En 1958 conoce a los fotógrafos Cantero, Gómez, Vielba, Masats y Ontañón. Con ellos formó parte del grupo La Palangana y posteriormente de la denominada Escuela de Madrid.
Fue fundado en 1886 y se les dio como sobrenombre Los Impecables, debido a su raya blanca, o Clach. Su nombre es Gaélico escocés y significa la piedra de la palangana, refiriéndose a un monumento de la ciudad.
A las ocho reaparecieron los vómitos. Carlos observó que en el fondo de la palangana había una especie de arenilla blanca pegada a las paredes de porcelana.
Los deudos del finado, como era de cajón, se dividieron en bandos. Unos echaban Pestes contra el boticario, entrometido y palangana, y otros bufaban contra el galeno ignorantón.
Su dueño, por los años de 1813, era un indio rechoncho, feo como una pesadilla, mujeriego, parrandista y muy palangana y metido a gente.
Habría que ocultarle esto dijo Carlos. Madame Bovary tomó la palangana. En el movimiento que hizo al inclinarse para ponerla bajo la mesa, su vestido (era un vestido de verano de cuatro volantes, de color amarillo, de talle bajo y ancho de falda) se extendió alrededor de ella sobre los baldosas de la sala; y como Emma, agachada, se tambaleaba un poco abriendo los brazos, los bullones de la tela se quebraban de trecho en trecho, según las inflexiones de su corpiño.
Nuestro alfarero era, como cierto soldado, gran repentista o improvisador de coplas que, tomado prisionero por un coronel español, éste como por burla o para hacerlo renegar de su bandera le dijo: -Mira, palangana, te regalo un peso si haces una cuarteta con el pie forzado que voy a darte: :Viva el séptimo Fernando :con su noble y leal nación.
Hace una disertación anatómica sobre el cuerpo humano y el cuerpo del perro: pide que se haga un nuevo ensayo, con asistencia de médicos, y termina manifestando que no es regular que a un español que, como él, ha dado tantas pruebas de amor al rey y a la justa causa se le ponga en competencia con un franchute palangana, demagogo y merecedor de presidio.
Entra en tu casa cuando aún estás en la cama durmiendo, rocía tu cara con el agua que quedó en la palangana la noche anterior, y, al despertar furioso, tienes que exclamar, viéndole a tu lado: «¡Qué cosas tiene este don Paco!».
Como Joseíto no había catado la gracia de Dios aquella mañana, no se hizo repetir la invitación, y momentos después, y no sin haberse previamente aseado la dentadura, mantenían el siguiente diálogo, sentados frente a frente en el hondilón del Carabinero el señor Casimiro el Palangana y Joseíto el Perejiles.
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