Y aunque agudos linotipos me refrenen en la página sellada por la venta, sé que aromas navegantes en mi orquesta vaticinan la canción de la gran fiesta.
Pedro Feliciano Cavia (ya advirtió el clásico que no hay libro malo que no contenga algo bueno) donde en breve nota puesta a la página 29, se puede leer.
Medio es que en otra conjura tomó aquella heroica y varonil mujer Amalasuenta. Así lo refiere Erycio Puteano en su libro, cuyo título es: Historiae Insubricae, libro I, folio 76, página 2.
Desde una lectura semiótica, que trascienda la amada página de un libro, que se arme de signos para descifrar otros, se pretende fomentar en el educando, la conciencia de comprender y saber elegir solidaria y creativamente la información que conduzca la libertad y voluntad transformadora de las nuevas generaciones de estudiantes.
Publicación del Archivo Histórico del Guayas bajo patrocinio de la Junta Cívica de Guayaquil (Santiago de Guayaquil, 6 de diciembre de 1972). Página 14.
Publicación del Archivo Histórico del Guayas bajo patrocinio de la Junta Cívica de Guayaquil (Santiago de Guayaquil, 31 de agosto de 1972). Página 322 y 323.
Publicación del Archivo Histórico del Guayas bajo patrocinio de la Junta Cívica de Guayaquil (Santiago de Guayaquil, 31 de agosto de 1972). Página 324.
Dos años más tarde, en la “Introducción” puesta a su ejemplar “Diario de Juventud” iniciado como se sabe el 26 de setiembre de 1843, Mitre escribía la página que leeremos enseguida reveladora de su insatisfacción con la propia obra de historiador hasta entonces realizada (pero aún no entregada a la divulgación) y de las razones – por cierto que de alta probidad – que habían venido determinándolo a permanecer en el silencio, a la postergación sin plazo de su público debut.
Publicación del Archivo Histórico del Guayas bajo patrocinio de la Junta Cívica de Guayaquil y con auspicio del Banco de Guayaquil y el Banco del Pichincha (Santiago de Guayaquil, 10 de julio de 1973). Página(s): 49 y 50
Publicación del Archivo Histórico del Guayas bajo patrocinio de la Junta Cívica de Guayaquil (Santiago de Guayaquil, 31 de agosto de 1972). Página 326 a 328.
El viejo abecedario había vuelto hacia arriba la primera
página, que era la más importante, pues en ella estaban todas las letras, grandes y pequeñas.
Hans Christian Andersen
Procedió con extremo cuidado, para no dar con un himno mortuorio, y, a pesar de todo, el libro se abrió en una
página que hablaba de la muerte y de la sepultura; pero, ¡quién cree en esas tonterías!
Hans Christian Andersen