En las palabras de Edith Sitwell: Una persona que simplemente “no encaja” o es vulgar no debe ser, según la más estricta definición, considerada excéntrica puesto que su ordinariez probablemente se deba a las convenciones de su entorno nativo.
Había aprendido Noboa un estilo de escribir y de llevar su existencia que provenía del París de los poetas malditos, pero que casaba perculiamente con lo que él era por naturaleza: un hombre extremadamente sensible, desdeñoso de la ordinariez de las cosas cotidianas, acongojado por afecciones íntimas e ideas sombrías.
Tanto su vanidad como su falta de refinamiento y gusto se evidencian en la ordinariez y ridiculez de las alabanzas que premia y con las cuales se complace.
Los caballeros -al menos una parte de ellos, la más animada y jaranera- se habían quedado solos ante no pocas botellas intactas de excelente Clicquot y bandejas colmadas de emparedados frescos, y aprovechaban la ocasión de alegrarse sin ordinariez, con cierto tono de ricos calaveras, aunque distasen mucho de serlo todos.
Todo el contenido de este sitio web, incluyendo diccionarios, tesauros, textos, geografía y otros datos de referencia tiene únicamente fines informativos. Esta información no debe considerarse completa ni actualizada, y no está destinada a ser utilizada en lugar de una visita, consulta, asesoramiento de una persona jurídica, médica, o de cualquier otro profesional.