Los patrocinadores de los atrevidos navegantes del espacio se sintieron orgullosos de ser ya (habían llegado primero que la competencia…) los dueños de la luna (Marte), y próximamente, en un extremo de la ambición y triunfalismo (Somos invencibles.), del Universo y todas sus galaxias. Según su nacionalismo arrasador.
La correlación de fuerzas se altera por un periodo de larga duración, que nos ha permitido, pese a dificultades internas o derivadas del exterior, avanzar con un sano nacionalismo, extendiendo las garantías sociales y dentro de las instituciones, que constituyen, sin lugar a duda, el mejor de los instrumentos para hacerle frente a todos los intentos contrarrevolucionarios, abiertos o encubiertos, directos o indirectos.
Nuestro movimiento no es una actitud de nacionalismo o de patriotismo exaltado, irreflexivo y absurdo, como sería si entrañara la pretensión de que México debe aislarse del mundo, oponiendo su egoísmo torpe ante las relaciones económicas y política, inevitables y necesarias.
Tengo fe en que los vientos del cambio serán favorables, porque nuestro esfuerzo tiene rumbo, nuestro nacionalismo nos da fortaleza; tenemos un proyecto histórico que se ha configurado generación tras generación; cada una respondió a la necesidad de su tiempo; cada una enfrentó sus propios retos; ha sido una tarea que nos ha dado rostro, estatura histórica y una vocación de justicia y libertad.
Llegando aquí valdría la pena preguntarse: ¿hasta qué punto el nacionalismo latinoamericano, o aun el anarquismo y el pensamiento socialista –no aludimos a las normativas de la Tercera Internacional-, anulan el legado demoliberal?
Y note usted que, estudiosamente, no nom- bro á ningún poeta compatriota mío, para que no pueda de- cirse que sentimientos de nacionalismo ó de personal cariño me hacen tratar con predilección la fruta del cercado propio.
EL NACIONALISMO Creemos pues, que el instrumento ideológico idóneo para la solución de la compleja problemática boliviana y para conducir a los hombres y mujeres de esta tierra a una era de prosperidad y justicia, debe surgir de la compulsa de nuestras específicas necesidades, del tratamiento adecuado de nuestros problemas, en base a los peculiares orígenes históricos de la Nación; de la utilización de los vitales elementos que provienen de la tradición y de la idiosincrasia, es decir, un incremento ideológico autónomo y coherente, liberado de las influencias deformantes de todo internacionalismo colonialista.
Lo hago agradeciéndoles lo que a través de sus instituciones y como agrupación gremial han hecho por el país, exhortándolos a que continúen con patriotismo y con nacionalismo planteando y resolviendo con conciencia y responsabilidad los problemas que nos aquejan".
Existe, contemporáneamente, una tendencia fraudulenta a negar al nacionalismo las características y el contenido de doctrina, atribuyéndole el carácter de una simple postura emocional.
Por lo tanto, el nacionalismo se constituye en esta época peligrosa para la independencia de los países, en una ideología que preconiza la toma de conciencia por la identidad nacional, en un instrumento de liberación de las naciones y en una garantía de protección de las agresiones imperialistas; para ser libres en la tierra de todo fascismo, comunismo o capitalismo.
Pero el nacionalismo, tiene una posición sumamente clara y definida sobre su manera de considerar el problema político en los distintos factores que hacen al Estado, hecho que, junto a otros, le proporciona las fundamentales características científicas inherentes a una doctrina.
La Nación es el núcleo permanente del desarrollo humano en el mundo; como tal, debe continuar en ascensión permanente de perfeccionamiento. En ese trabajo de perfectibilidad, interviene políticamente el nacionalismo de cada país.