-Ahí tengo un prólogo empezado para una obra que pienso escribir, en el cual trato de decir modestamente que no aspiro al título de sabio...
Crueles son los tiranos, y como mandan mucho y obedecen poco, dificilmente se aplacan sus iras. Mejor es acostumbrarse a vivir modestamente.
E independientemente del resultado, lo que estoy haciendo –modestamente– es en función de algo en lo que creo, presentar una propuesta.
(Aplausos). El primer artículo que propongo modestamente reformar, y así lo digo aquí, propongo al pueblo soberano modificar el artículo 11.
Se redujo á vivir modestamente con la renta mensual de cien pesos, intereses del capital, y se consagró á la vida devota, que es el obligado re- mate de toda vida alegre.
Poco tiempo habría pasado en aquel recogimiento, cuando se abre la puerta y un joven vestido
modestamente pregunta por el corredor.
Mariano José de Larra
qué mal se avisa El que en tal mansedumbre confiado. Duda
modestamente Su saber infalible: De repente Verá al Cordero en un León mudado.
José María Blanco White
Esta tercera antinomia es la existente «entre una elevación o potenciación de la vida anímica, que llega muchas veces hasta el virtuosismo, y una minoración y debilitación de la misma, llevada con frecuencia por bajo del nivel de lo humano.» «Por lo que a lo primero se refiere, ¿quién no puede confirmar, por propia experiencia, que en las creaciones del genio del sueño se exteriorizan a veces una profundidad y una cordialidad, una claridad de concepción, una sutileza de observación y una prontitud de ingenio que
modestamente negaríamos poseer si nos fueran atribuidas como cualidades constantes de nuestra vida despierta?
Sigmund Freud
Era entonces cuando descargaba su aflicción en lágrimas; y el amor que su orgullo de doncella disimulaba
modestamente en público, explotaba en los momentos de privacidad.
William Harrison Ainsworth
Tal era el sér complejo de Navarro Ledesma: ascético para el trabajo, inflexible en los deberes, horaciano en el concepto de la vida modestamente cómoda y regalada sin exceso, en grata compañía de buenos y probados amigos.
Si bien el presupuesto de la Policía creció modestamente, de 625 millones de quetzales en 1998 (aunque el Director General de la Policía había solicitado 1.411 millones) a 842 millones de quetzales en 2000, las sumas no fueron adecuadas para financiar la plena expansión de los efectivos hasta 20.000 y desplegarlos en todo el país.
"Ahí tienen ustedes la joven generación, la gran generación, la esperanza, el porvenir de la patria, como ella misma se dice
modestamente.
Juan Bautista Alberdi