En los dos casos: en el del hombre sincero que lucha por la satisfacción de sus propias aspiraciones de justicia, que busca la felicidad de él mismo en el bienestar de quienes lo rodean, y en el individuo convertido en HEROE y SALVADOR, por
mero oportunismo utilitario, la gratitud del pueblo es inmotivada y sin razón plausible que la justifique.
Práxedis G. Guerrero
Pero en los tratados sobre intercambio comercial celebrados con otros países, siguiendo el sistema de listas de Artículos, podrá el Ejecutivo, si conviniere a los intereses de la Nación, poner en practica las modificaciones a tales listas, por el mero canje de notas de Cancillería, cuando así se hubiere estipulado en el tratado respectivo; 27.
Sin verdadero interés político o partidista, sin pasión, sin error, por mero apego a una persona o a un grupo o por antipatía a otra persona o a otro grupo, por tener un voto más o por no tener un voto menos, por adquirir un adherente para otra injusticia o por no desagradar a alguien, por una pequeña venganza o por pagar un pequeño servicio, fría y tranquilamente, sin acordarse por un momento siquiera de los intereses públicos y del derecho, se quita al elegido su asiento y se da asiento al no elegido y se falsifica la representación nacional.
Alberdi y Sarmiento, por ejemplo, conferían al estado nacional la misión de promover directamente el crecimiento económico y la civilización moderna, mientras Samper y Juárez suponían que el mero funcionamiento de la legalidad democrática, la descentralización administrativa –el federalismo a ultranza de Samper aparecía como la solución universal- y la efectiva división de poderes, garantizarían por sí solos la prosperidad económica y la supresión de los privilegios.
Mas vosotras, adonde quiera de aquí salid, linfas del vino perdición, y hacia los severos migrad. Éste, mero es Tioniano. 28 De Pisón compañeros, cohorte inane por sus aptos saquillos y expeditos, Veranio óptimo y tú, mi Fabulo, ¿qué cosas portáis?
Un libro de texto a pesar de ser un mero auxiliar en la resolución de temas programáticos que generalmente se memorizan y cumplida la calificación pocas veces se vuelven a utilizar, ha tenido un valor escolar exagerado y en ocasiones se ha mitificado como lo único con lo cual cuentan los alumnos para estudiar en determinadas regiones.
Estos medios reales y transitorios para cumplir los ideales, los fines políticos, son los que se llaman instituciones; no conviene, pues, decir especialmente que las formas de gobierno son accidentales, porque toda institución lo es; toda institución es un mero instrumento que, a fuer de tal, sólo puede ser justificado por su eficacia.
3º) Que se proyecte una nueva contribución o derecho municipal que comprenda a Córdoba y demás pueblos de su jurisdicción, y el que sea hecho sobre artículos y ramos de mero lujo y suntuosidad, que se introduzcan, usen o consuman para construir con esos fondos casa consistorial, cárceles seguras, cuarteles, caminos y otras obras públicas de policía y economía rural; y pueda, al mismo tiempo, promover la ilustración general de sus moradores estableciendo en toda su jurisdicción escuelas de primeras letras de que absolutamente se carece y el fomento de los estudios científicos de esta Universidad.
La autoridades y el Estado requieren brindar el apoyo total a este gran cambio de los enfoques educativos y presionar desde todos los medios de difusión masiva de la información para hacer que la escuela no se reduzca a un mero recinto material, sino que toda la sociedad ejerza desde sus centros de trabajo una retroinformación y formación incesantes de lo que el educando aprende en su mundo escolar.
Frente al ejercicio abusivo de las libertades económicas, que propician sólo el interés particular, es deber insoslayable del Estado salir en defensa de los intereses de la sociedad, adoptando, con la energía y el rigor que sean necesarios, las medidas adecuadas para preservar dichos intereses, tanto más cuanto el desorden en este campo venía repercutiendo en perjuicio de la mayoría nacional, bajo cuyo mandato y sólo por él deben actuar los poderes instituidos y legitimados por la Constitución del país. Un acto de nacionalización no se da en el vacío histórico ni por capricho ni como mero acto de poder.
-¡Conque es ley de Dios que yo no pueda mantener a quien quiera! -Lo es, señor Capitán, en el
mero hecho de estar la sociedad dividida en familias...
Pedro Antonio de Alarcón
Nos habla, sin femeniles escrúpulos, como mujer su- perior á su siglo, de los dioses y diosas del Olimpo y de Ho- mero y la Ilíada y de Virgilio y la Eneida nos dice maravillas; manosea con desenfado á los personajes bíblicos, y casi trata tú por tú, como quien ha vivido ea larga intimidad con ellos, á Horacio, Marcial, Lucrecio, Juvenal, Persio, Séneca y Ca lu- lo.