Si estuviese aquí Andresiño..., un día..., al oscurecer... -Como vuelvas a mentar eso, los diaños lleven si no te saco las muelas del bofetón...
Es curioso mentar el caso de la localidad vizcaína de Gernika, en la cual convive un gran número de familias descendientes de Calzadilla, siendo uno de los núcleos en los que reside mayor número de descendientes del pueblo.
Las autoridades exigieron otra ordalía en sentido inverso, pero Gaispeter rechazó tal posibilidad y la situación escaló. Declaró ser "el pobre Konrad", términos con lo que quería simplemente mentar el hombre común.
A veces se pasa de la historia natural a la política, y recuerda algunos hechos culminantes; pero todos tienen también que ver con su hacienda: no es mucho, pues, oírle
mentar el año de las contribuciones dobles, el año de la entrada de los franceses, el año de la entrada de los facciosos, o el año de aquel jaleo en que subieron tanto los jornales.
Pedro Antonio de Alarcón
Juan Ruiz, Arcipreste de Hita, afirma que sólo hay dos cosas esenciales que mueven al hombre, á saber: mantenencia, y otra que no me atreveré á mentar, aunque el Arcipreste la mienta, escudado con Aristóteles: ::Si lo dixiese de mio, seria de culpar; ::Dícelo grand filósofo; non so yo de reptar.
No quiero
mentar lo mucho que lo extraño y las privaciones que' pasao; porque conozco su güen corazón y no quiero golver a su estancia por lástima, sino como perdonada.
Yamandú Rodríguez
Él la recogió ya bastante mellada, hace más de medio siglo y la siguió gastando... Podría
mentar hasta la décima que le dedicaron en un fogón de "Arbolito".
Yamandú Rodríguez
¡Ay!, en mi demencia le he contado los amores de los grandes ríos, y me sonrojo de haber recordado nombres tan excelsos a un indigno riachuelo. No sé cómo contemplándolo pude mentar los timbres insignes del Aqueloo y el Ínaco junto con el famosísimo Nilo.
No extrañéis no, que a los párpados las lágrimas se me agolpen. No me preguntéis la causa que será mentar su nombre. Y aquí de hinojos Aurora ante su padre se pone Diciendo: — Padre partamos antes que don Félix torne.
Quiso luego que volviera él a bañarse y le vio en el baño, y sintió como fuego al verle, y volvió a alabarle, y fue principio de amor la alabanza. Niña candorosa, criada en los campos, no se daba cuenta de lo que le pasaba, porque ni siquiera había oído mentar al Amor.
-Si yo no digo que no, si lo que yo digo es lo que veo, y lo que yo veo es que tú por pasar el rato encomenzaste a jacerle cara a ese probe, y que te jacías peazos riéndote de él, y que aquello que encomenzó por groma va poniéndose de otras jechuras, y que te van gustando a ti los paliques con ese gachó y que ya no te da la risa en el gallillo cuando platicas con él, y, sobre to, que ya no mientas ni por casolidá al Carambola. -¡Y pa qué voy yo a mentar a ese don Fantesía!
No bien oyó el morisco
mentar a la Inquisición, cuando, recordando sin duda las atrocidades que ese tribunal perverso hiciera un día con sus antepasados metiose en el lago y escondiose entre la espesa totora que crece a las márgenes del Titicaca.
Ricardo Palma