Entiendo que en las guerras sustentadas por Carlos I de España, fueron enrolados, así en los tercios militares como en la flota, muchos naturales de Levante, ó sea de los pueblos que caen á la parte oriental del Mediterráneo.
Y bien; nuestra Provincia Oriental que con Artigas había sido rectora ejerciendo con desinterés y coraje esa función hasta lejanos pueblos del mediterráneo argentino (los enviados del “Patriarca de la Federación” llegaban en 1820 hasta Santiago; San Juan había quedado separada de hecho del núcleo americano) justamente en el año que hemos citado y que sería también – cruel destino del Patriarca – el del triunfo resonante de las repúblicas comunalistas embanderadas en el federalismo, sobre las oligarquías aislacionistas y prepotentes que se adueñaron de Buenos Aires.
Si Inglaterra se pusiera enérgica contra los franquistas y también contra Italia, tal vez Francia pudiera conseguir algunas ventajas previas al reconocimiento, pero como lejos de manifestarse rigurosa, la política británica no ha hecho otra cosa que ceder a todos y cada uno de los caprichos y de los chantajes de los totalitarios, es poco probable que, cuando la victoria definitiva de los fachistas es indudable, Inglaterra contraríe a Franco, a Mussolini y a Hitler, por miedo de provocar una conflagración que Chamberlain ha evitado a costa del honor de Francia y a costa también de los intereses de ambas potencias democráticas en el Mediterráneo y en Oriente.
Nosotros creemos que todos los directores de la política y del ejército, salvo casos de heroísmo sublime o de martirio muy castellano, saldrían de los puertos de Valencia, Cartagena y Alicante en barcos ingleses, franceses y otros, para salvarse del sacrificio, pues es de esperarse que Inglaterra y Francia, penetradas de sus responsabilidades en la debacle española, estarán dispuestas a salvar en los barcos de sus escuadras del Mediterráneo la mayor cantidad de políticos y militares que les pidieran su ayuda en los momentos de apremio, y, en tal caso, serían los segundones los que sufrirían el castigo del vencedor.
Porque, en realidad, si Mussolini y Hitler no abandonan las posiciones estratégicas que tienen conquistadas en España y el Mediterráneo, y si Inglaterra y Francia, abriendo al fin los ojos y preparadas ya para la guerra ponen un "hasta aquí" a las ambiciones fascistas, la guerra será inevitable.
En general, Francia, Gran Bretaña y Rusia reconocen que Italia está interesada en mantener un equilibrio de fuerzas en el Mediterráneo y, en caso de escisión total o parcial de Turquía en Asia, debe obtener una parte justa de la región del Mediterráneo adyacente a la provincia de Antalya, donde Italia ya ha adquirido los derechos e intereses que fueron objeto de acuerdo entre Italia y Gran Bretaña.
En la orilla del
Mediterráneo, sobre las murallas, recostada a lo largo de los antiguos cañones portugueses, con Dais el Bint Abdalla sentado melancólicamente a su lado.
Roberto Arlt
Bien presente tendrá vuestra discreción que, separada la alianza de las potencias marítimas, nos queda por consecuencia cerrado el paso de la comunicación de con Italia y Alemania, siendo impracticable en tal positura enviar socorro alguno, respecto que los enemigos, libres del freno de las flotas de Inglaterra y Holanda en el Mediterráneo, serán enteramente dueños de aquellos mares, por lo cual el mantenerme yo firme en continuar la produciría la total ruina de ese país, que es el principal motivo que he tenido para la conclusión del tratado de armisticio.
han dado órdenes para que la Flota que manda el Almirante Wishart se junte toda en Puerto Mahón, uniéndosele todos los navíos que se hallan en todos los puertos del Mediterráneo, discurría ser de gran conveniencia el que V.
¿Cuál sería la situación de los internados en Argelés que se encontraban frente al Mediterráneo, azotados por ese viento helado y sin ninguna defensa para contrarrestarlo?
Estudiar una re-integración dentro de un nuevo marco priorizando el iberismo y el federalismo mediterráneo como vías para alcanzar una pronta solidaridad interregional y cierta autosuficiencia comercial, energética y alimentaria.
Esas condiciones han podido ser tal vez las siguientes: 1.- Amnistía general para las altas autoridades del Gobierno legítimo que preside el señor Azaña; 2.- Salida de las tropas extranjeras, italianas y alemanas, principalmente, de la Península; y 3.- Garantías múltiples y complejas respecto a los muchos y complicados problemas internacionales que la guerra de España ha planteado a Francia y a Inglaterra en el Mediterráneo, a consecuencia del dominio fascista en España y en alguna de sus islas y posesiones coloniales.