Ahora se vería si las otras, las femias, hacían más... La tuerca notó el arrechucho del novato, y le dijo,
maternal, bondadosota: -No te mates, hombre, que igual ha de ser.
Emilia Pardo Bazán
¿Cuando á verte volverá?» Con cuyas tiernas palabras Llenas de amor maternal Se inclinó el buen caballero Dos lágrimas á enjugar; Y al volver el pergamino Halló estas letras detrás.
Dentro de todas las voces que rodean al niño o a la niña, la que asume el papel maternal, a veces es el padre u otras personas cuando el infante carece de madre.
Bouret le pide que escriba una colección de libros de lectura dedicada a la niñez mexicana en la cual nos muestra su espíritu de educadora, acrecentado por su ternura maternal.
Pero el terrible tétano hizo presa de esa noble mujer y, a los dos días, casi a veinte kilómetros del cadáver de la madre hubimos de enterrar a la criatura, que no pudo sobrevivir por falta de la alimentación maternal.
Abrigo den los valles a la sedienta caña; la manzana y la pera en la fresca montaña el cielo olviden de su madre España; adorne la ladera el cafetal; ampare a la tierna teobroma en la ribera la sombra
maternal de su bucare; aquí el vergel, allá la huerta ría...
Andrés Bello
He aquí que se vio la augusta resurrección de Triptolemo. En
maternal continente una república ingente crea el granero del orbe, y sangre universal absorbe para dar vida al orbe entero.
Rubén Darío
Primero había sido completo alejamiento; la batalla
maternal: el embarazo, el parto, la lactancia, los cuidados, los temores y las vigilias junto a la cuna; y vuelta a empezar: el embarazo, cada vez más temido, con menos fuerzas y más presentimientos de terror; el parto, la lucha con la nodriza que vence, porque la debilidad rinde a la madre; más vigilias, más cuidados, más temores...
Leopoldo Alas
Cuando llegó a su casa iba febril, nervioso, desesperado, y cuando su madre, sentándose frente a él, después de haberlo besado con maternal ahínco, hubo de preguntarle la causa de su malestar, encogióse de hombros y exclamó bruscamente: -¡Na, no tengo na, madre, na tengo, no tengo naíta!
Son las próximas hermanas las que te proclaman primera en el decoro familiar, después de heroica y guerrera, hospitalaria y
maternal.
Rubén Darío
Sus ojos lucen como azabaches; sus labios sonríen al pecho maternal; su cabellera se abre en rizos; sus manos juegan con los hilachos del pañuelo; su cuerpo desnudo ostenta saludable barniz.
No por eso, sin embargo, olvida la causa de los pobres, ni sucede que la piadosa Madre descuide el proveer a las necesidades de éstos, sino que, por lo contrario, los estrecha en su seno con maternal afecto, y, teniendo en cuenta que representa a la persona de Cristo, el cual recibe como hecho a sí mismo el beneficio hecho por cualquiera al último de los pobres, les honra grandemente y les alivia por todos los medios, levanta por todas partes casas y hospicios, donde son recogidos, alimentados y cuidados; asilos, que toma bajo su tutela.