De los siete mil habitantes del Callao, según las relaciones del marqués de Obando, del
jesuita Lozano y del ilustrado Llanos Zapata, no alcanzó al número de doscientos el de los que salvaron de perecer arrastrados por las olas.
Ricardo Palma
ntre los varones eminentes que llenaron de gloría á España por sus virtudes heroycas, fue uno el P. Diego Laynez, Jesuita. Nació en Almazan, pueblo de Castilla la Vieja, el año de 1512; y sus padres, que juntaban á su nobleza una decente fortuna, consultando con su inclinación, le enviaron á la Universidad de Alcalá, en donde, después de haber estudiado la Gramática latina y griega, y graduádose de Maestro en Filosofía, se dedicó á la Teología sagrada.
Todo esto lo encontré en vuestra esposa.» Carlos arrugó la frente. El
jesuita bajó la suya y besó la mano al caballero. -Continuad, padre -dijo éste con sequedad.
Pedro Antonio de Alarcón
-¿Un mártir, claro es? -Un mártir
jesuita, sacrificado por los japoneses con todo género de refinamientos... Se conocen detalles sublimes de sus últimos instantes; no ha recibido nadie una muerte horrorosa con tanta entereza ni con más alegría.
Emilia Pardo Bazán
Torrencio, Cruquio, Lambino..., Acron..., Porfirio..., Turnebo..., Mureto..., Erasmo..., Bond..., Minelio..., Rodelio..., Desprez..., Dacier..., el
jesuita Sanadon..., Escalígero..., Ricardo Bentley..., Cuningham..., Heynsio..., Batteux..., nuestro
jesuita Morell, el doctor Villén de Biedma..., Espinel..., Iriarte..., Burgos, etc.
Mariano José de Larra
Entiendo también que en la biblioteca de la Academia de la Historia en Madrid debe existir un manuscrito del
jesuita Bernabé Cobo, titulado Fundación de Lima, en el que hay consignadas minuciosidades muy curiosas sobre nuestros templos.
Ricardo Palma
Era irlandés, hijo de pobres labradores y, según su biógrafo Lavalle, pasó los primeros años de su vida conduciendo haces de leña para la cocina del castillo de Dungán, residencia de la condesa de Bective, hasta que un su tío, padre
jesuita de un convento de Cádiz, lo llamó a su lado, lo educó medianamente, y viéndolo decidido por el comercio más que por el santo hábito, lo envió a América con una pacotilla.
Ricardo Palma
De esta odiosidad de razas vino sin duda el decir: ::«Mestizo educado, ::diablo encarnado». Basta leer, entre otros cronistas que citar pudiera, la obra del
jesuita Acosta y el interesante libro de D.
Ricardo Palma
A tres motivos atribuyo este cruel castigo que pocos meses antes había sido pronosticado por el padre Eguilaz, misionero
jesuita: a los odios mortales y rivalidad entre los vecinos, al desacato con que miraban al sacerdocio y a los incestos y adulterios en que vivían encenagados».
Ricardo Palma
Suman 649 leguas.” .- OBSERVACIONES Y COMENTARIOS 1) Fray Bernardo Havestad, nació en Colonia Agripina (Renania). Sacerdote de la Compañía de Jesús, “jesuita”, en agosto de 1746 parte del monasterio de Westfalia con destino a América.
No menos preciosas páginas noticieras son las del
jesuita Bernabé Cobo, que de 1650 a 1653 residió en el Callao, como rector de la casa que allí tuvo la Compañía, y las del erudito limeño Córdova y Urrutia, cuyo libro tiene la importancia de un catálogo de datos curiosos.
Ricardo Palma
Puédese contar entre estos el Jesuita Christobal Clávio, de quien fue compañero en la corrección del Kalendario; y el doctísimo Cardenal Carrafa, que se socorrió de sus luces en la empresa de expurgar y disponer para la prensa la versión griega de los Setenta del Viejo Testamento.