Su autor es un poeta que corre muy ligero y que no choca nunca. El brillo
insolente de sus paradojas causa el horror de las lechuzas, de las beatas y de los empresarios de exhibiciones.
Gervasio Guillot Muñoz
¿Qué necedad más insolente que matar en el Senado a César con los mismos senadores, por acreditar la maldad con el sitio y las personas, sin advertir que la misma maldad desacreditaba las personas y el sitio?
Y al paso que en la cárcel mil pobretes por un duro se mueren de ictericia, ese pasea libre de corchetes; porque es conde y señor, y aunque desquicia con su vivir el orden,
insolente de las leyes se burla y la justicia.
Mariano José de Larra
Quién se rascaba la oreja, quién meneaba la cabeza, caviloso. Fidalgo tuvo la desvergüenza de soltar una risilla
insolente, que rasgó de oreja a oreja su boca de jimio.
Emilia Pardo Bazán
¿Cómo pudo esta firme carne mía y esta
insolente plenitud de contemplar, albergar tales incertidumbres, sordideces, manías y asfixias por falta de aire?
Horacio Quiroga
—Lo dispusísteis vosotros, esclavos, para lisonjear el orgullo de vuestro señor y tributarle vasallaje infame. —¡
Insolente! Te has embravecido mucho.
Esteban Echeverría
Empero la causa no fue forastera, ni otra sino la libertad de Casio, desde su niñez impaciente de imperio y servidumbre, y una condición resuelta y belicosa contra toda presunción y soberbia: facinerosa para consentir superior, y insolente para admitir igual.
Negra raya que se escondía entre varios filosos y pequeños dientes, ya tenía la experiencia de haber saboreado uno que otro pedacillo de
insolente muslo humano.
Antonio Domínguez Hidalgo
Esto mismo se produce en las almas sobrecargadas por una prosperidad desmesurada, pues no les sirve sino para perjuicio de otro, e incluso de ellas mismas. ¿Qué enemigo fue nunca tan insolente con nadie como son con algunos de sus admiradores?
(36) Corria voz de que el rey No hallaba paz ni consuelo En lance tal, mas su celo Por la justicia y la ley, A su pesar le arrastraba A no derogarla injusto, Porque atendiendo á su gusto La rectitud olvidaba. Y el vulgo que tal oia Engañado torpemente La voz alzaba insolente Y con descaro aplaudia.
-¡Ah! ¿Ése alfeñique insolente se ha burlado de mí? Pues les autorizo para que lo quemen vivo, por voluntarioso y viva en fuego eterno asándose hasta que le quiten lo soberbio.
Allá a sus solas, ciega por un mal consejo, por vez primera un espejo eligió para su juez, y recordó las palabras de un seductor insolente, y recordó la inocente los días de su niñez.