Calló Pausanias y a Aristófanes le llegó el turno de hablar, como le dijo Aristodemos, pero no pudo por atacarle un hipo debido a haberse excedido en la comida o a cualquier otra causa.
¿Por qué estornudas? ¿Por qué tiées hipo? ¿Por qué te rascas el casco de la cabeza?...» Calle usté, señora, calle usté, que el día menos pensao me va a preguntar a mí mi José que por qué me parió mi madre.
Si el hipo es demasiado violento, buscas algo con que hacerte cosquillas en la nariz, estornudarás, y si lo repites un par de veces cesará infaliblemente el hipo.
Sin duda ignoran que Platón cortó el hilo de uno de sus más hermosos diálogos para explicar cómo se quita el
hipo, y que Homero no desdeñó cantar en versos de arte mayor cómo se asa un buey.
Ángel Ganivet
Y Severo de continuo elevaba acciones de gracias al gitano aquel, que le había resuelto cuantas dificultades complican la existencia, quitándole el
hipo y el flato del ideal...
Emilia Pardo Bazán
-Pos di tú que si lo llego yo a saber me meto en cama y me pongo una bizma por no tropezarme a ese querubín. ¡Camará!, que me ha dao hipo y se me ha cortao toíto el cuerpo.
¡Como que na más que de recordar aquello se me va la vista! ¡Lo creo, hijo mío, esas cosas le quitan el hipo a cualesquiera! -Pos bien, señó Casimiro, lo que pasa: yo, al ver lo poquitillo que vi, perdí el habla, y ella se comió la partía, y la verdá es que yo lo que jice no sé, pero lo cierto es que la gachí me sortó un guantazo que sonó como un barreno, y que yo, sin jacer caso del bofetón, empecé a darme besos y más besos en la parma de la mano.
Para pronunciar su nombre es preciso agarrarse a una columna. Sus hijos son tan feos que quitan el hipo. Un tonto echa una piedra en un pozo, y cien discretos no la pueden sacar.
Al lado de la piedra enorme, que giraba incesante, moliendo, en vez de trigo, la harina gris del tiempo, veíanse dos lechos, y postrados en ellos, y gimientes, a un viejo desdentado, de barbazas fluviales, de arado semblante y de brazos que parecían hechos de cordeles retorcidos con todos los estigmas de la senectud en el cuerpo, sacudido ya por el
hipo de la agonía, y a una mujer que también se quejaba, pero con el quejido fecundo y vital de las madres.
Emilia Pardo Bazán
Y luego, bravo como el que más; pronto a dar cara a la Guardia civil en mitad de un camino y entendérselas con quien le requiriese el hipo, tijeras y pistola en mano.
La sanidad en ella se recoge de nuestra libertad y buen gobierno, pues nos evita que feroz arroje contra nosotros Júpiter su invierno; mas justo es que el pesar nos acongoje de oír el hipo triste y llanto tierno que, enlutadas con penas tan agudas, por toda Francia entonan hoy sus viudas.
El último plato acababa de ser puesto encima de la mesa por la moza que hacía oficios de camarero; Antonio se disponía a descorchar la primera botella de champagne, y los restantes comensales, con los ojos encendidos, coloreadas las mejillas, entreabiertos los labios y ardoroso el aliento, se entregaban a enérgicas y locas expansiones, que si no eran el amor precisamente, guardaban con él relaciones iguales a las que existen entre la respiración y el hipo.