A aquella hora, cuando Revenga penetraba en su morada lujosa, en su comedor que la electricidad alumbraba espléndidamente y la leña de encina calentaba, intensa y crujidora; cuando la intimidad del hogar le sonriese, y las
golosinas de Nochebuena lisonjeasen su apetito, ¿dónde estaría la abandonada?
Emilia Pardo Bazán
Le paseaba, le adivinaba los gustos, le traía juguetes y
golosinas, y el chico tomaba los juguetes un momento y luego los dejaba caer, con indiferencia, a los pies del sillón en que permanecía lánguidamente sentado meses y meses.
Emilia Pardo Bazán
El dómine, que fuera de la escuela era un blando céfiro, quedóse tan fresco como si tal cosa; y yo "me la saqué", porque Frutos en los días de azote o férula me resarcía con usura, dándome todas las
golosinas que topaba y mimándome con mil embelecos y dictados a cual más tierno: entonces no era yo "El niño" solamente, sino "Granito di'oro", "Mi reinito", y otras cosas de la laya.
Tomás Carrasquilla
¡Qué importa! Allí estaba el alimento, las
golosinas, la almilla de algodón, la ropa, la cama... ¿Por dónde supieron los demás golfos la aventura?
Emilia Pardo Bazán
Algo tardó en reponerse, pero cumplió lo ofrecido y jamás volvió a probar vino ninguno. También tomó aborrecimiento a los dulces y demás golosinas, por si acaso estaban envenenados.
«Ahora, sí -la dijo,- que vas a tener que cuidarte con el gasto. Adiós golosinas y pastas finas importadas, y para los chicos caramelos y botines nuevos a troche y moche.
Al llegar allí abrió la puerta y la niña vio que el cuarto estaba profusamente iluminado con velas y farolillos y en el fondo estaban los juguetes ofrecidos y otros muchos y las golosinas que a ella más le agradaban.
Pensé en algún regalo de Peggotty, y se me iluminó la cara al oír esta orden. Al salir de la clase, algunos de los chicos me dijeron que no les olvidase para las golosinas.
¿qué sé yo? Aquello es una inundación de
golosinas, un aluvión de manjares, que parece va a añadir una capa más a nuestro globo. Y ya circula un frasco cuadrado, y capaz de media azumbre, de mano en mano derramando vigorosísimo anisete.
Ángel de Saavedra
CORIFEO De tu ancha garganta, ¡oh Cíclope!, abre la puerta de tu labio: listos para ti, cocidos y asados, golosinas de la brasa para roer, puedes trinchar los miembros de los extranjeros, en una peluda piel de cabra recostado.
Los chicos, en fin, hartos de merodear en el ya desierto campo de batalla, y llenos el estómago, los bolsillos y las manos de todo linaje de
golosinas, han acabado asimismo por dormirse, el menor sobre la falda de la madre, el de en medio sobre dos sillas, y el mayor sobre tres.
Pedro Antonio de Alarcón
¡Que mis chinitos chillones monten ponis de a montones! y no pidan golosinas que se vuelven medicinas! Y en menos que nace un pollo, aquí se acaba este rollo.