La aventura acaba con Jack escapando hacia Ámsterdam, tras amputar la mano de Etienne d'Arcachon. De vuelta en Ámsterdam, Jack se asocia con varios comerciantes holandeses que van a fletar un barco mercante a África.
Es el primer antecedente de rivalidad futbolística entre guipuzcoanos y vizcaínos. A pesar de la lluvia, en aquella ocasión también hubo que fletar trenes especiales.
El tío de Plinio el Joven, Plinio el Viejo, estaba mientras tanto al mando de la flota romana en Miseno, en el extremo opuesto de la bahía, y decidió fletar varios barcos para investigar el fenómeno a punto de suceder.
El colectivo también genera otras actividades relacionadas con la cultura, como crear un curso de gallego, organizar talleres de radio, actividades escénicas o musicales, o incluso fletar autobuses para acudir a conciertos, como el Patti Smith en Vigo o el de Muse en Santiago de Compostela.
Fue gracias a una grande “empresa” del escritor y poeta Pablo Neruda que, en el tentativo de salvar a más españoles combatientes por la República, llevó el poeta chileno a fletar un viejo barco francés.
El fenómeno de la piratería ya estaba muy disminuido a medida que los Estados podían fletar armadas nacionales sin recurrir a los corsarios.
Cuando ocurrió la sublevación del Huáscar en 1877, el gobierno peruano decidió fletar un vapor para que remolcara al monitor Atahualpa, pero como los costos eran muy altos, se decidó por comprar uno.
Con este artículo y la entrevista a Morales, realizados en Santiago de Chile, Torres reivindicaba la figura de este autor, un “joven de 96 años” que fue compañero de Max Aub y Margarita Xirgu y abandonó España en 1939 a bordo del Winnipeg, el mítico barco para exiliados que logró fletar Pablo Neruda desde Francia.
El 10 de noviembre de 1509 logró partir de Santo Domingo, unos días antes que Nicuesa, poco después de nombrar Alcalde Mayor al bachiller Martín Fernández de Enciso, un acaudalado abogado que tenía órdenes de fletar una embarcación con más provisiones para ayudar a Ojeda cuando fundara una colonia en Nueva Andalucía.
Ellos construían embarcaciones desprovistas de quilla, de estructura ligera y dotadas de una vela. Cuando tuvieron necesidad de alcanzar puertos lejanos optaron por fletar buques extranjeros, sobre todo cretenses y fenicios.
Sin embargo Colón seguía teniendo dificultades para reclutar tripulantes, entre otras razones porque las ordenanzas de Palos prohibían fletar barcos a las personas que no tuviesen participación en el señorío de la villa.
En noviembre de 1845, se le pidió a Samuel Brannan, periodista y pequeño publicitario del periódico mormón, The Prophet, (cambiado luego a The New York Messenger -Mensajero de Nueva York), a fletar un barco que llevara emigrantes desde los Estados Unidos al territorio mexicano de California.